Ricardo Andrés
Torres
En un artículo
anterior en esta publicación (1) ya nos hemos referido al achaque de pobrismo
con que se suele acusar a la Iglesia y en particular a la Doctrina Social
Cristiana que tan claramente se ha pronunciado al respecto. Pero el drama de la
pobreza creciente, especialmente en nuestro país nos lleva a recorrer con
detalle el panorama que se está planteando en relación, asimismo a una
herramienta que ya hemos analizado también en Orden Natural, el Ingreso Básico
Universal. (2)
El Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la pobreza en la Argentina
fue del 40,1% en el primer semestre de 2023. Esto representa una suba de 3,6
puntos porcentuales respecto del mismo período de 2022 (36,5%). En tanto, el
organismo señaló que la indigencia ascendió al 9,3%, lo que marca un incremento
de 0,5 puntos porcentuales con respecto al primer semestre de 2022.
De este modo, si
se proyectan los números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) a todo el
país, la pobreza alcanzó a 18,5 millones de personas. De ese universo, 4,3
millones son indigentes, es decir no llegan a cubrir con sus ingresos una
Canasta Básica Alimentaria (CBA).
El informe del
INDEC señala además que, en promedio, los hogares pobres registraron ingresos
un 37,8% inferiores que la Canasta Básica Total (CBT), el indicador que marca
el límite a partir del cual una persona es considerada pobre. (aparte de la
alimentación incluye vestimenta, transporte, educación, salud, etcétera)
De acuerdo con los
datos oficiales, los hogares pobres registraron un ingreso promedio de $
124.071, mientras que la CBT se ubicó en $ 199.593 en el primer semestre de
2023. Según el instituto estadístico, esta brecha se incrementó con respecto a
2022. En octubre se elevó a $ 345.295 para un hogar de 4 personas)
En nuestra
Provincia de Córdoba, específicamente durante octubre, una familia con cuatro
integrantes necesitó $371.979,39 para sobrevivir, según el relevamiento del
Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas.
Mientras que, solo
para la canasta básica alimentaria, que marca la línea de indigencia, un hogar
de cuatro personas debió contar con $217.891,49. En ese marco, de acuerdo al
informe, la inflación en octubre se ubicó en 10,9% con una acumulada en lo que
va del año de 130,4%.
Y la proyectada
para todo el 2023 es de 189%. El informe revela también que un 46,63 % de los
hogares encuestados no pudo acceder durante octubre a la totalidad de los
alimentos que conforman la Canasta Básica Alimentaria. Y que el 77,2 % de los
Grupos Familiares debió gastar más del 50% del total de sus ingresos solo en
alimentos.
No coincidimos con
muchas soluciones y herramientas propuestas para paliar la pobreza por la
izquierda vernácula, sin perjuicio de lo cual traigo a colación datos objetivos
mencionados por el dirigente Juan Grabois, en este caso enfrentado con el
diagnóstico kirchnerista (3), que reseña el escenario:
“En la Argentina
hay 30 millones de personas en edad de trabajar de los cuales: 6 millones son
empleados registrados (sector privado), 3 millones son empleados publicos y 20
millones no tienen ingresos propios o son monotributistas.
CONCLUSION:
1/3 de
la población adulta no tiene trabajo con plenos derechos (art 14 bis):
estabilidad, cobertura de salud, jornada limitada, condiciones de higiene y
salubridad, licencias por enfermedad, maternidad y paternidad, vacaciones
pagas, cobertura por riesgos de trabajo, representación sindical, etc.
Lo interesante del
caso es que estos números apenas han variado durante los últimos años. El
empleo privado registrado ha oscilado entre 5,6 millones y 6,3 millones desde
2009. Entre los últimos dos censos el empleo privado registrado no tuvo
variaciones (2010 y 2022) mientras la población creció siete millones. El
empleo público tampoco ha variado gran cosa: osciló entre 2,5 y 3,2 millones.”
Los grupos que
crecen son A) MONOTRIBUTISTAS; B) INFORMALES (INCLUYE a los llamados
“INACTIVOS” ADULTOS: amas de casa, estudiantes que trabajan en negro, etc).
Estos dos grupos sumados son 11 MILLONES. Finalmente tenemos los C)
BENEFICIARIOS DE PLANES (MONOT. SOCIAL) 1,5 MILLONES.
Las políticas que
se han implementado no han logrado absorber a esos 11 millones. Como analiza
Grabois, “las políticas sociolaborales (“planes”) que intentan -bien o mal, con
mayor o menor discrecionalidad, con mejores o peores resultados- abordar este
problema, sólo “benefician” a una pequeñísima proporción de esos 11 millones.
Claramente, estas políticas no son el problema, aunque tampoco una solución
sustentable, digna y para todos.”
Es muy probable,
como coinciden muchos especialistas, que el trabajo asalariado registrado no va
a absorber a la totalidad de la población con necesidad de trabajar. ¿PUEDE
ABSORBER EL MERCADO FORMAL A LOS 11 MILLONES DE TRABAJADORES INFORMALES?
ES POSIBLE QUE EN
NUESTRO PAIS SE PUEDA ABSORBER A UNA BUENA CANTIDAD POR LA RECESION QUE HAY
PERO LA AUTOMATIZACION DE LAS GRANDES EMPRESAS HACE CADA VEZ MAS DIFICIL ESE
PANORAMA.
Esa incapacidad
del sistema no obedece a una decisión perversa de los empresarios. Es la misma
lógica de la economía sumado al avance de las nuevas tecnologías lo que está
determinando el llamado desempleo tecnológico o tecnogénico.
En el año 2013 LA
Universidad de Oxford pronosticó que 47% de los empleos corren el riesgo de ser
reemplazados por robots y computadoras con inteligencia artificial en Estados
Unidos durante los próximos 15 o 20 años Andrés Oppenheimer (4) se pregunta
¿Cuánta gente perderá su empleo por la creciente automatización del trabajo en
el futuro inmediato? El fenómeno no es nuevo, pero nunca antes se había dado
tan aceleradamente. La tecnología ha venido destruyendo empleos desde la
Revolución industrial de fines del siglo XVIII, pero hasta ahora los seres
humanos siempre habíamos logrado crear muchos más fuentes de trabajo que los
que habíamos aniquilado con la tecnología. ¿Podremos seguir creando más
oportunidades de las que eliminamos?
Oppenheimer da
ejemplos recientes: “Kodak, un ícono de la industria fotográfica que tenía 140
000 empleados, fue empujada a la bancarrota en 2012 por Instagram, una
empresita de apenas 13 empleados que supo anticiparse a Kodak en la fotografía
digital. Blockbuster, la cadena de tiendas de alquiler de películas que llegó a
tener 60 000 empleados en todo el mundo, se había ido a la quiebra poco antes
por no poder competir con Netflix, otra pequeña empresa que empezó mandando
películas a domicilio con apenas 30 empleados. General Motors, que en su época
de oro llegó a tener 618 000 empleados y hoy día tiene 164.000, se veamenazada
por Tesla y Google, que están desarrollando a pasos acelerados el auto que se
maneja solo ¿Les pasará a los empleados de General Motors lo que les pasó a los
empleados de Kodak y Blockbuster? La desaparición de empleos está aumentando de
forma exponencial, o sea, a pasos cada vez más acelerados. Lo vemos todos los
días a nuestro alrededor.En años no muy lejanos hemos constatado la gradual
extinción de los ascensoristas, las operadoras telefónicas, los barrenderos que
limpiaban las calles con un rastrillo, y muchos obreros de fábricas
manufactureras, que están siendo reemplazados por robots. En Estados Unidos
están desapareciendo los cajeros de las casillas de cobranza de los
estacionamientos y los empleados de las aerolíneas que atienden al público en
los aeropuertos.”
El panorama no
puede ser más asombroso. Como reseña Oppenheimer, “en Japón, los meseros de
muchos restaurantes ya están siendo reemplazados por cintas movedizas y hasta
los chefs de varios restaurantes de sushi están siendo sustituidos por robots.
Ahora están viendo amenazados sus trabajos no sólo los trabajadores manuales,
sino también quienes realizamos tareas de cuello blanco, como los periodistas,
los agentes de viajes, los vendedores de bienes raíces, los banqueros, los
agentes de seguros, los contadores, los abogados y los médicos. Prácticamente
no hay profesión que se salve. Todas están siendo impactadas —al menos
parcialmente— por la automatización del trabajo. Hasta los propios responsables
de la revolución tecnológica —figuras como el fundador de Microsoft, Bill
Gates, y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg— están admitiendo por primera
vez que el desempleo causado por la tecnología, el así llamado desempleo
tecnológico, podría convertirse en el gran conflicto mundial del siglo XXI.
Zuckerberg ha dicho que “la tecnología y la automatización están eliminando
muchos trabajos” y que “nuestra generación va a tener que lidiar con decenas de
millones de empleos que van a ser reemplazados por la automatización, como los
autos que se manejan solos”. Y Gates ya había admitido en 2014, cuando pocos
hablaban sobre el tema, que “la tecnología, con el correr del tiempo, va a
reducir la demanda de empleos, especialmente en los empleos que requieren menos
habilidades… Dentro de 20 años, la demanda para varios trabajos va a ser
significativamente más baja”
Esto evidentemente plantea la necesidad de alternativas como el Ingreso Básico Universal que no son contradictorias con la doctrina social cristiana. La obligación moral del trabajo rentado, se remite a menudo a la Segunda Carta a los Tesalonicenses: el que no quiera trabajar que no coma (2 Tes. 3, 10).
En realidad, la frase en griego οὐ θέλει ἐργάζεσθαι significa “no está dispuesto a trabajar”, es decir, que no acepta colaborar con el sostenimiento de la comunidad ni realiza nada útil. Sobre esto se expidió una encíclica: La obligación de ganar el pan con el sudor de la propia frente supone, al mismo tiempo, un derecho. Una sociedad en la que este derecho se niegue sistemáticamente y las medidas de política económica no permitan a los trabajadores alcanzar niveles satisfactorios de ocupación, no puede conseguir su legitimación ética ni la justa paz social.
De hecho, es ínfima la proporción de personas que se limitan a vivir de limosnas o mantenidos por su familia, sin realizar ninguna tarea que les permita obtener los bienes necesarios para sostenerse a sí mismos. La mayoría de quienes necesitan ayuda estatal para obtener un ingreso suficiente que le permita sostener a su familia, requieren esa ayuda pese a que trabajan o trabajaron, como demuestran las cifras citadas al comienzo.
Un diagnóstico completo y objetivo, debe concluir que no se trata sólo, o principalmente, de un problema económico, sino del fracaso de la política que tiene por finalidad lograr el bien común de la comunidad. Un reciente artículo recordaba una frase de Malraux: “los pueblos no sólo tienen los gobiernos que se merecen, sino los que se les parecen”; agregaba el periodista que es habitual en muchos argentinos señalar que es el peronismo el causante de todos los males que afectan a la Argentina. Sin embargo, durante el primer centenario (1910) cuando esa fracción política no existía, otro intelectual francés, Clemenceau, notó en una visita a esta tierra: “no he conocido ningún otro país en donde tanta gente cree tener derecho a vivir del Estado”.
La doctrina es clara: El Estado que quiere proveer a todo, que absorbe todo en sí mismo, se convierte en definitiva en una instancia burocrática (…) Lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio. (Benedicto XVI. “Deus caritas est”; p. 28)
No obstante, y dada la crisis extrema que
existe en nuestro país, el deber de otorgar las convenientes subvenciones
indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus
familias es una obligación que brota del principio fundamental del orden moral
en este campo, esto es, del principio del uso común de los bienes o, para
hablar de manera aún más sencilla, del derecho a la vida y a la subsistencia. (5)
Por ello, se están
experimentando en varios países distintas variantes de ingreso básico universal
o renta básica, destinadas a reemplazar las asignaciones familiares y otros
subsidios, como garantía de que toda familia o ciudadano, disponga de un
ingreso mínimo que le permita obtener los bienes indispensables para una vida
digna. Por cierto, que el diseño y la implementación efectiva de esta forma de
ayuda social, deberá ser analizada por especialistas y decidida por las
autoridades gubernamentales. Pero el fundamento ético de esta manera de
redistribución sería el derecho de todos a participar de los beneficios del
incremento de la productividad y del crecimiento de la riqueza nacional por la
aplicación de las nuevas tecnologías, así como una compensación por la
disminución de empleos y de la concentración de la riqueza. Transferir una
parte de los beneficios hacia aquellos más necesitados y menos propensos a
poder disfrutar de los avances de la economía, es una forma de concretar la
justicia social, puesto que: “Hay reglas económicas que resultaron eficaces
para el crecimiento, pero no así para el desarrollo humano integral. Aumentó la
riqueza, pero con inequidad, y así lo que ocurre es que aparecen nuevas
pobrezas”. (Francisco. “Fratelli tutti”; p. 21.)
Remitimos a
nuestro trabajo ya citado respecto del Ingreso Básico Universal (IBU) y sus
diversas aristas2 si bien no podemos dejar de escuchar el análisis de otros
especialistas que alertan sobre la inviabilidad en lo inmediato de tal
herramienta para el caso argentino. Al respecto, el INSTITUTO PARA EL
DESARROLLO ARGENTINO (IDESA) destaca que si bien en el proyecto del Salario
Básico universal se establecen ciertos criterios para que las familias puedan
acceder al beneficio, lo cierto es que en muchas ocasiones: "ya se observó
que el estado no es capaz de verificar el cumplimiento de los requisitos y de gestionar
estos proyectos con la rigurosidad que ameritan. Se demostró ya con el IFE que
el Estado argentino carece de la suficiente capacidad de gestión que requieren
este tipo de programas de asistencia social." De allí que, concluye que si
bien el proyecto propuesto por el oficialismo "puede tener buenas
intenciones, trae aparejado demasiadas complicaciones. Este proyecto es
inviable desde todo punto de vista. Implementarlo a la fuerza va a acelerar
todavía más, de lo acelerada que está, la inflación".
Sin embargo, en
otras partes del mundo ha habido experiencias interesantes. En 2019, la ciudad
de Stockton, California (320.000 habitantes) se convirtió en la primera ciudad
de los EE.UU. en experimentar con un IBU real, entregando 500 dólares mensuales
por tarjeta de débito a los 125 residentes en esa ciudad que ganaban menos de
46.000 dólares al año. Luego de 1 año de poner en práctica esta idea el alcalde
de Stockton anunció su extensión por otro año más7 y el programa aún está en
vigor. De acuerdo a Michael Tubbs, ex alcalde de Stockton, el estudio de
Stockton muestra que el programa no redujo el empleo entre los beneficiarios,
ni siquiera durante la pandemia. “La gente no dejó de trabajar”, afirmó. “Y la
gente gastó dinero en cosas en las que todos gastamos dinero. La gente sabe
cómo gastar el dinero”. (8)
Oppenheimer se
pregunta: “¿Es realista pensar en un ingreso básico universal en Latinoamérica,
donde muchos países ni siquiera pueden sostener sus actuales programas
sociales? Muchos economistas dicen que sí, explicando que la mayoría de los
gobiernos de la región pagan subsidios universales a la electricidad, el agua y
el transporte, que resultan más costosos de lo que sería el pago de un bono
básico universal. Además, los actuales subsidios a los servicios públicos
benefician más que nadie a los ricos, sostienen. Los subsidios al agua, por
ejemplo. benefician mucho más al millonario que tiene una piscina olímpica en
el jardín de su casa, que al indígena que está por debajo de la línea de
pobreza. Si ambos pagan lo mismo por litro de agua, el estado está ayudando más
al rico que tiene su piscina olímpica que al pobre. Idealmente, habría que
reorientar esos recursos a los más pobres, me dijo Ferdinando Regalia,
economista del Banco Interamericano de Desarrollo que se especializa en temas
de pobreza.”
En nuestro país,
indudablemente hay que llevar adelante un gran reseteo de la asistencia social
que, sin dejar desprotegidos a los más vulnerables, intente implementar un
sistema sostenible, que podría asimilarse a un IBU, al menos restringido a las
personas con menores recursos (en el universo de los 11 millones ya citados)
que ponga un poco de justicia al alarmante cuadro de pobreza creciente que
amenaza con tornarse aún más dramático.
Resta mucho por
investigar y ahondar en las características que podría tener tal programa para
no ser contraproducente atento el panorama desastroso en que se encuentran las
finanzas de nuestro país, pero al menos reafirmamos nuestra certeza de que el
IBU no es una herramienta descabellada ni producto de la ideología socialista,
sino que puede convertirse en una alternativa válida y viable.
(Resumen de
nuestra ponencia en los "Jueves de Encuentro" realizada en el local
partidario de "Encuentro Vecinal Córdoba", por invitación de sus
autoridades a los integrantes de la "Cátedra Libre Brigadier San
Martín")
(1) Orden Natural
N° 21 (año 2023) (https://archivo-virtual.blogspot.com/2023/06/pobrismo-y-pobreza.html)
(2) Orden Natural
N°7 (año 2020) (https://archivo-virtual.blogspot.com/2020/02/el-ingreso-basico-universal.html)
(3) Trabajo,
salario y una utopía de Cristina que ya no es posible, por Juan Grabois,
publicado en El Diario Ar con fecha 18 de Noviembre de 2022 (https://www.eldiarioar.com/opinion/trabajo-salario-utopia-cristina-no-posible_129_9725698.html)
(4) Oppenheimer,
A. (2018). ¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la
automatización. Ciudad de México: Penguin Random House Grupo Editorial.
(5) Centro de
Estudios Cívicos: “El drama de la pobreza”, publicado en Foro Azul y Blanco con
fecha 10 de Noviembre de 2022 (https://foroazulyblanco.blogspot.com/2022/11/el-drama-de-la-pobreza.html)
(6) Salario Básico
Universal, un inviable (y peligroso) proyecto K, publicado en Urgente 24 el 14
de julio de 2022 (https://urgente24.com/dinero/economia/salario-basico-universal-un-inviable-y-peligroso-proyecto-k-n540542)
(7) Publicado en
Bloomberg, 2 de junio de 2020 (https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-06-02/stockton-extends-its-universal-basic-income-pilot)
(8) Publicado en
CalMatters, 12 de abril de 2023 (https://www.kqed.org/news/11946467/study-shows-limits-of-stocktons-guaranteed-income-program-during-pandemic)