Tiempos de miedo

 

Por Bernard Dumont

Editorial del número 151 (Printemps 2021) de la revista “Catholica”, firmado por su editor.

Traducido del francés por Stefano Fontana

 


En 2009, Jaques Attali, que asume de buen grado el papel de consejero del príncipe, hizo una declaración que hoy adquiere especial importancia: "La historia nos enseña que la humanidad no evoluciona de forma significativa salvo cuando realmente tiene miedo".

 

La frase es grandilocuente pero detrás del carácter genérico de la propuesta se esconde una intención política. Aquellos que pretendan aprovechar una oportunidad como la del actual ataque viral global pueden orientar el curso de las cosas en la dirección que les convenga, obteniendo el sometimiento de las masas por medios psicológicos y no solo por el uso de la fuerza. En esta visión que podemos llamar economía, es bastante natural que el uso del miedo sea un ingrediente privilegiado del tejido del consentimiento, desde la propaganda de guerra hasta la "comunicación social". Se tratará, por tanto, de alternar seducción y amenaza, promesas de protección y anuncio de las peores calamidades según la aceptación o el rechazo de las limitaciones impuestas.

 

Entre los numerosos -y diversificados- análisis de manipulaciones que se han multiplicado tras el brote del último coronavirus, un documental belga aporta el extracto de una conferencia de un importante virólogo, el mismo belga, Marc Van Ranst, en 2019, en el Royal Institute of Asuntos internacionales, Londres. Este otro asesor del príncipe explica complacido cómo ya había tomado medidas diez años antes para provocar una reacción masiva a favor de la vacunación contra el virus HIB1. En primer lugar, se había puesto en contacto con los periodistas para ser considerado "el experto insustituible" y siempre disponible; luego se aseguró de que se repitiera insistentemente un mensaje alarmista sobre el tema: la vacuna o la muerte, y contó con ellos para difundirlo con la dramatización adecuada. Por tanto, el miedo no se utiliza tanto para romper la resistencia, sino más bien para obtener la aceptación voluntaria de todo tipo de restricciones, incluidas aquellas que se degradan para ser reemplazadas por otras igualmente imperativas. Si los procesos pueden servir para satisfacer intereses particulares o proyectos de dominación al amparo de la experiencia, o si se trata simplemente de casos fortuitos típicos de una sociedad de masas sensible a las emociones más que a argumentos elaborados ... los hechos siguen siendo estos.

 

La explotación del miedo ha sido objeto de estudios científicos, al igual que otros elementos que se encuadran en el campo de la psicología de masas. Serge Tchakhotine, discípulo de Pavlov, estima, en su obra principal Le viol des foules par la propagande politique, reeditada por primera vez en 1952 (Gallimard), y adaptada a la situación del mundo en ese momento, que " se vive sobre dos elementos fundamentales que tienen el mismo origen: el miedo, el Gran Miedo Universal. Por un lado, está el miedo a la guerra […] el miedo a la bomba atómica; Por otro lado, el miedo que subyace en los métodos actuales de gobierno: la violación psíquica de las masas.". Inmediatamente después, Tchakhotine explica: “Hoy, la violación psíquica de las masas está a punto de convertirse en un arma de extrema potencia y terriblemente peligrosa. Los recientes descubrimientos científicos alimentan este peligro hasta un grado desconocido hasta ahora. Es la televisión la que amenaza con convertirse en un terrible vehículo de violación psíquica”.

 

¿Qué diría hoy este autor, después de setenta años de desarrollo exponencial en el universo de la comunicación? Porque si hay una cierta continuidad entre ese período del inicio de la Guerra Fría y el nuestro, más allá de los cambios parciales de los actores, ciertos datos han cambiado sin embargo fuertemente. Por un lado, los medios técnicos han dado un salto cualitativo evidente, que promete rechazar en el corto plazo cualquier límite a la integración entre hombre y máquina; Por otro lado, y simultáneamente, las fuerzas económicas e ideológicas que tienden a unificar el mundo bajo una única "gobernanza" son más atrevidas que nunca, y encuentran en la enfermedad universal del Covid una oportunidad excepcional para asegurar un gran salto adelante, más plausible de lo que había soñado Mao.

 

Basta con pasar por los innumerables trabajos en esta área, orientados principalmente a abordar los problemas de desempeño en la empresa, pero también abiertos a vastos campos de investigación, incluidas las sectas, el lavado de cerebro en la época de la Guerra de Corea, el experimento de Milgram de Medición de la sumisión de los individuos, etc., para comprobar la gran atención que se presta a la utilidad social del miedo. Un profesor estadounidense, Robert S. Baron, un reconocido especialista en el tema, sostiene, por ejemplo, que el miedo es parte de las "emociones emocionantes que tienden a disminuir el esfuerzo que la gente hace para examinar el contenido persuasivo". Comprensión: el miedo nubla el juicio, lo que permite debilitar o anular el sentido crítico, y por tanto pasar las ideas, o hacer aceptar las conductas que se intenta imponer. En la misma línea, se analiza la ansiedad, esta forma indiferenciada de miedo, para verificar su papel en el cumplimiento y la conformidad grupales.

 

Entre las críticas, numerosas aunque minoritarias, dirigidas contra la actual gestión del miedo por parte de Covid, el periodista y ensayista italiano Aldo Maria Valli publicó recientemente un pequeño libro titulado Virus and Leviathan, donde se examinan diversos aspectos de las políticas vigentes. Sus palabras son incisivas: “La narrativa funcional al despotismo terapéutico se centra en el miedo a la enfermedad. Cuanto más miedo tiene de perder la salud, más está dispuesta la opinión pública a transformarse en una inmensa habitación de hospital, donde el autócrata hace el papel de sacerdote-médico oficiando el rito necesario para la curación”. "Durante las semanas de encierro, hemos visto que lo que importa no es tanto la magnitud real del peligro, sino la magnitud percibida". "Aldous Huxley, en el prefacio de la edición de 1946 de Un mundo feliz, escribió que 'la revolución verdaderamente revolucionaria no tendrá lugar en el mundo exterior, sino en el alma y la carne de los seres humanos'".

 

Todo esto es profundamente cierto. De hecho, si le Viol des foules se pretende ante todo como una obra de esclavización de los pueblos por una minoría decidida a someterlos a su propio dominio, todo ello es a la vez fruto, tras la sorpresa, de la falta de reacción. víctimas de estos pueblos, si no de su aquiescencia y colaboración. "Los capitalistas nos venderán las cuerdas con las que los colgaremos". Esta afirmación atribuida a Lenin circula de diversas formas, pero puede servir muy bien para ilustrar la situación que aquí nos ocupa. El problema del miedo como instrumento de manipulación de las masas radica ante todo en la existencia misma de las masas, que facilita y exige la manipulación.

 

Una comunidad estructurada, cualquiera que sea su importancia, ciertamente no está a salvo del error colectivo, de caer, por ejemplo, bajo el encanto de discursos engañosos. Pero lo que en estos casos no es más que un accidente, se convierte en un peligro constante en una masa de individuos que presumen ser libres, pero donde en cambio la conducta es gregaria y emotiva, dispuesta a acoger rumores generalizados, tan poco acostumbrados a entender una situación como para imaginar una respuesta coherente: el episodio de los chalecos amarillos lo demostró bien. Cabe recordar que los medios de comunicación son por definición intermediarios de la comunicación. Sin ellos, el conocimiento de la realidad sigue siendo posible, pero se corre el riesgo de situaciones individuales, de trabajos de investigación (a veces molestos), de la verificación caso por caso de la fiabilidad de los datos, que pasan por los organismos que más componen. adaptado a la viol des foules.

 

El propio modo de operar de estos intermediarios no permite que sus propios agentes tengan tiempo para reflexionar sobre lo que deben transmitir, y fomenta la manipulación de los montajes en forma de narrativas, que ya no son información sino escenarios reconstruidos a partir de la selección. de elementos extraídos de un flujo, tan aleatorio que se orientan según prejuicios ideológicos, o al respeto obligatorio de una línea predefinida por quienes detentan el poder interno. Dado que los grandes medios dependen directamente de los intereses económicos y políticos, si el miedo a suscitar está en la agenda de estos últimos, no debe sorprender que constituya el lienzo de fondo del discurso transmitido. Además, la agitación permanente y la inflación sensacionalista caracterizan el estilo de los medios de comunicación.

 

Al tratar el tema de la manipulación de las masas, se induce a centrarse en el poder de los medios utilizados y en la acción de los manipuladores hacia los manipulados. Si así fuera, sólo se trataría de "modernizar" el estudio de la tiranía, de centrar la atención en los responsables de le viole des foules, reconocidos u ocultos, en los canales que aseguran una gran capacidad de dominación, en su método y su retórica. Pero esto significaría olvidar que los propios destinatarios son, de hecho, los primeros cómplices. Cómplices pasivos, pero aún cómplices.

 

Una sociedad en la que la autonomía personal, que debe basarse en el uso de la razón, la honestidad y el ejercicio de la virtud de la prudencia, se reduce a la ilusión de la libertad, cae fácilmente en la angustia cuando todos sus miembros se levantan. conducta práctica. De alguna manera, el hombre-masa elige desde dentro un malestar que surge de la imposibilidad de cortar la sumisión. En este sentido se puede entender que siente necesidad de miedo. Se puede comparar - a distancia - con la situación que dio origen a la "pastoral del miedo", como la analizó Jean Delumeau, no sin a priori, con referencia a una predicación que insistía en los fines últimos en los períodos críticos de finales de la Edad Media hasta los del siglo XVIII. Guillaume Cuchet, sociólogo de la religión que ha dedicado su trabajo a este tema, nos hace el siguiente comentario: “En este contexto general muy oscuro, sin hablar de las condiciones ordinarias de la vida cotidiana y en particular de la mortalidad, la 'pastoral del miedo 'paradójicamente era útil de vez en cuando, porque compensaba una angustia generalizada, consecuencia de tensiones acumuladas, con una serie de miedos teológicos bien definidos y segmentados frente a los cuales se podía hacer algo.

 

Contra el miedo a la muerte, no se podían hacer grandes cosas, pero contra el diablo, el pecado, el infierno, con la ayuda de la Iglesia, no se podía permanecer impotente. Desde este punto de vista, la “pastoral del miedo” se presenta como una “medicina heroica” […] donde de otra manera no habría más que vacío, espíritus errantes y muerte”. Sin discutir aquí el trasfondo histórico de esta evaluación, pero considerando solo la analogía de las actitudes psicológicas observadas, el "miedo a la libertad" (es decir, para Erich Fromm, autor de la fórmula, el miedo a la responsabilidad) y el miedo irracional que es Observado hoy se encuentran, de la misma manera que dice la doxa a los espíritus libres de las limitaciones de la moral cristiana. con la ayuda de la Iglesia, uno no quedó impotente.

 

Desde este punto de vista, la “pastoral del miedo” se presenta como una “medicina heroica” […] donde de otra manera no habría más que vacío, espíritus errantes y muerte”. Sin discutir aquí el trasfondo histórico de esta evaluación, pero considerando solo la analogía de las actitudes psicológicas observadas, el "miedo a la libertad" (es decir, para Erich Fromm, autor de la fórmula, el miedo a la responsabilidad) y el miedo irracional que es Observado hoy se encuentran, de la misma manera que dice la doxa a los espíritus libres de las limitaciones de la moral cristiana. con la ayuda de la Iglesia, uno no quedó desamparado. Desde este punto de vista, la “pastoral del miedo” se presenta como una “medicina heroica” […] donde de otra manera no habría más que vacío, espíritus errantes y muerte”. Sin discutir aquí el trasfondo histórico de esta evaluación, pero considerando solo la analogía de las actitudes psicológicas observadas, el "miedo a la libertad" (es decir, para Erich Fromm, autor de la fórmula, el miedo a la responsabilidad) y el miedo irracional que es Observado hoy se encuentran, de la misma manera que dice la doxa a los espíritus libres de las limitaciones de la moral cristiana.

 

Cabe señalar también que en la cultura contemporánea la existencia de algunos callejones sin salida más concretos. Giulio Meiattini, monje benedictino y teólogo italiano, encontró uno cuando recién comenzaba el encierro, en un texto titulado "La peur qui tue et le coraje qui manque" (El miedo que mata y la falta de coraje). Señaló que, si la falta de preparación política para la llegada de un virus destructivo era evidente, la falta de preparación moral lo era aún más. Entre las razones inmediatas, la sociedad occidental y occidentalizada ha sido golpeada por una inversión de valores entre cuerpo y alma, en beneficio exclusivo de la primera. La carta de la OMS establece que "la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no consiste únicamente en la ausencia de enfermedad o dolencia".

 

Con los años este principio se ha convertido en imperativo, el propósito de la vida en esta tierra se reduce a la posesión de un cuerpo ideal cada vez más buscado. Hay que releer al respecto el trabajo muy significativo y crítico de esta promoción desproporcionada del cuerpo, de Lucien Sfez, El santé parfatte. ¿Narcisismo masivo? Puede ser, pero aún mejor, la pérdida de aspiraciones colectivas más elevadas y el vacío de cualquier perspectiva de futuro. ¿Qué causa todavía merece la vida por ello? ¿Qué opinas del sacrificio de los mártires? Hay temas que se han vuelto inaccesibles para la mayoría de las masas de hoy y son objeto de burla por parte de los eruditos. “Esto significa que ya no tenemos un futuro: la gloria inmortal con la posteridad, o la unidad de la patria, o una sociedad de iguales, el progreso, el cielo y la vida eterna.

 

Nuestra cultura no tiene más que el presente, lo que aparece ahora, lo efímero. Queremos conservarlo desesperadamente, porque no hay alternativas ni posibles salidas de emergencia”. Dom Meiattini también observa que la esperanza que se cultiva hoy es la de una sobrehumanidad situada de algún modo entre el animal y la máquina: "Un ser humano, por un lado, retrocede a un instinto desenfrenado, que satisface todas sus necesidades sin escrúpulos (emoción instantánea) y, por otro lado, un hombre trasplantado tecnológicamente, equipado con prótesis y aplicaciones sofisticadas como en un montaje mecánico”. El teólogo concluye, cuando las reglas impuestas prevén el cierre de iglesias con el consentimiento de los episcopados: "Pero lo más triste y perturbador para el futuro es que la Iglesia, o más bien los hombres de Iglesia, se han olvidado de que la gracia vale más que la vida presente. Por este motivo se han cerrado las iglesias y se ha alineado en criterios de higiene y salud.

 

Y todo esto, no por prudencia, por un juicio reflexivo sobre lo que es razonable o no puede hacerse en las circunstancias dadas, sino por pusilanimidad. “Sin desmerecer la legítima, proporcional y necesaria prudencia y cautela en materia de salud, la idea […] es que el problema más grave que surge es de orden mental, cultural y, agregaría, espiritual. La verdad es que la gente tiene miedo, demasiado miedo. Y como dijo Mounier hace aproximadamente un siglo cuando hablaba de la crisis en Occidente, es un 'pequeño miedo', un miedo miserable”.

 

El miedo es un medio de manipulación. También es un revelador del nivel de decadencia de una época. Pero se puede dominar.

 

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Fuente: Observatorio Van Thuan, 27 de abril de 2021

 

Reliquias. Hacia la canonización de Carlos Alberto Sacheri

 Por Héctor Hernández 


 

Y tu sangre que no para

Es como una fuente pura y roja,

Inmaculada,

De gracia redentora

Sobre la Patria desolada.

             Abelardo Pithod (1)

    

1.   A la salida de misa (Entre el altar y el hogar)

Así ocurrió su muerte, el 22 de diciembre de 1974, según lo cuenta su hijo mayor. Acababan de salir de Misa y regresaban al hogar junto con su mujer y sus siete hijos: José

   María el mayor, de 14 años (autor del relato), María Marta, Cecilia María, Pablo María, Inés María, María Cecilia, María del Rosario y Clara María, la menor, de 2 años.

“Fue un domingo, a la mañana temprano. Mi madre pasó a buscarnos, con Clara la más chica, a mi padre y a mis otros cinco hermanos, a la salida de Misa y nos dirigimos hacia casa. Vivíamos en la avenida del Libertador. Tuvo que detenerse para esperar que pasen unos autos que venían por la otra mano. Yo estaba distraído. Escuché un estampido muy fuerte y pensé instantáneamente, en décimas de segundo, que había estallado un petardo, ya que era 22 de diciembre; faltaban tres días para Navidad. Miré hacia la derecha y vi la cara de un hombre que hoy, pese a que han pasado más de veinte años, la tengo perfectamente grabada en mi mente. Iba en un Peugeot 504 celeste. Cuando de pronto escucho el grito de mi madre y veo a mi padre con la cabeza inclinada, sangrando; todos en derredor bañados en sangre. En el asiento de adelante íbamos mi madre, mi padre, Clara, la más pequeña de todos, que tenía entonces dos años, en su falda, y yo del lado de la puerta. En el asiento trasero venían mis otros hermanos con unos amigos. Enseguida llevaron a mi padre al Hospital de San Isidro. Allí estuvo unas pocas horas en terapia intensiva, al cabo de las cuales murió.

 

Fue a la salida de Misa... Una muerte y una síntesis de una vida... Entre el altar y el hogar...

 

2.   Olmedo recibe el cadáver

La sábana en que yacía quedó manchada por su sangre. Su concuñado Dr. Juan Olmedo Alba Posse (ambos casados con hermanas Zigorraga), fue a reconocer y recibir el cuerpo y al advertir el valor del paño que la enfermera del Hospital destinaba ya al tacho de basura, lo recogió devotamente. Él la envolvió en una bolsa de nylon y la guardó en su casa.

 

3.   24 de diciembre de 1974- 19 de abril de 2008. Domicilio Olmedo

 Desde aquella fecha hasta el 19-IV-2008, no conocemos que la sábana ensangrentada haya tenido ningún movimiento, tratamiento o traslado. Pasaron 34 años. Desconocía la existencia de dicha reliquia, pues de otro modo la hubiera reportado en mi libro Sacheri: predicar y morir por la Argentina (Vórtice, Buenos Aires, 2007), que fue presentado en la sede de Faminat, Bella Vista, el citado día 19 de abril de 2008. Hablaron en el acto el Dr. José Sacheri, hijo mayor de Carlos, el prócer Coronel Juan Francisco Guevara, yo como autor del libro y el Dr. Juan Olmedo. Éste, por gestión de José, al final del acto y ante el público presente, supongo que por mi condición de autor de la biografía, me hizo entrega de la sábana para su salvaguardia y veneración.

 

4. Acto de veneración

Aturullado, al recibirla procedí a abrirla, rezamos unas oraciones, besé la sábana y todos se dirigieron en procesión a venerarla.  Como se menciona más adelante, el Dr. Olmedo dejó constancia ante Escribano Público de aquella entrega.

No me la llevé, sino que la dejé en casa de la familia, temiendo se extraviara y sugiriéndoles por mi parte buscaran la forma de conservarla para su devoción.

 

5.   Mater Dei, Ingeniero Maschwitz

En 2009 la familia entregó la reliquia al Instituto Mater Dei en Ingeniero Maschwitz, Provincia de Buenos Aires, en la persona de la hermana María Julia Corengia, no solo a efectos de su custodia sino también evaluando su restauración y eventuales trámites canónicos. (La Hermana citada se dedicaba entonces a estudiar el tema de las canonizaciones). 

Dada alguna dificultad para recibirle declaración a Olmedo acreditando el origen de la sábana y ante las obras de refacción que se iniciaban en el citado convento, lo que la pondría en peligro, las hermanas pidieron se retirara de allí.

 

6.   Acta notarial de Olmedo

En 2012 la hermana Paz Sacheri (nombre como religiosa María de la Vera Cruz, hija de José y de Cecilia Ocampo), retiró la sábana del convento y en fecha 24 de febrero de 2012 el Dr. Juan E. Olmedo Posse produce una declaración certificando su firma el Escribano Fernando Guillot, en San Miguel, que reproduzco íntegramente:

“El género impregnado con sangre de Carlos Alberto Sacheri, que le entregara al Dr. Héctor Hernández el 19 de abril de 2008, en la sede de Faminat (calle San Martín 1542, Bella Vista), quedó en mi poder [el 22-XII-1974, día del asesinato] al juzgar que debía conservarse como un importante vestigio de la inmolación del filósofo católico. Debo consignar de paso, que me tocó la triste misión de reconocer el cadáver en sede policial. Y he dicho inmolación porque, en especial, sus obras La Iglesia Clandestina y El Orden natural exhiben, respectivamente, la percepción inmediata de la malicia oculta en ámbitos religiosos y la clarividencia del ataque próximo que sufriría la sociedad. Dos obstáculos éstos, imperdonables para la subversión marxista cuyas miras estaban dirigidas a la corrupción en ambas esferas”.

“Es notable que El Orden natural atajaba con sana filosofía al servicio de la verdad, los ataques contra natura -por entonces casi impensables- como el matrimonio igualitario que equipara legalmente el desorden anormal con lo normal”.

La Iglesia clandestina, desde la elocuencia de su título dice todo lo que la historia inmediata se encargó de mostrar, lamentablemente”.

“Se ha preguntado si Sacheri tenía conciencia del peligro que corría su vida. Al respecto parece interesante la anécdota siguiente sobre el clima que se vivía. La noche anterior al asesinato nos reunimos en el jardín de la casa de mi hermano Fernando, en la localidad de Martínez. [Nos reunimos] El Padre Sánchez Abelenda, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, el matrimonio Sacheri, los dueños de casa, mi mujer y yo. La conversación sobre la inseguridad sin freno (con el asesinato alevoso del Profesor Genta) y demás sucesos que afligían a la sociedad, de pronto nos sugirió la conveniencia de trasladarnos al fondo ante el peligro de un atentado”.

“La joven personalidad de Carlos A. Sacheri estaba adornada de sólidas virtudes naturales y religiosas. Hombre fuerte aun físicamente, lucía carácter apacible; medido y preciso en la conversación o sus escritos. Veraz y valiente, todo esto le confería una autoridad reconocida por todas las edades, aún los más jóvenes. Así, sus conferencias profundas y clarísimas eran seguidas siempre por caudalosos auditorios”.

“Sin duda -como se comentaba por entonces- el enemigo exhibió certera puntería en sus designios criminales minuciosamente planeados”.

“Todo indica la conveniencia de recurrir a la mediación de Sacheri para la restauración de la Patria. 24 de febrero de 2012. Firmado Juan E. Olmedo Alba Posse” (Firma certificada en actuación notarial Nro. DAA 11785177, Bella Vista, San Miguel, a los 24 días de febrero de 2012. Firma y sello de Escribano Fernando Guillot. Libro de Requerimientos nro. 20, Acta nro. 268, folio 268).

 

7. Fines de 2015 - 2 de marzo de 2016

Por mi parte inicié averiguaciones en un museo de San Nicolás para proveer a su conservación en forma, por lo que la hermana Paz Sacheri, a mi pedido, me entregó la sábana en noviembre de 2015, en Buenos Aires, por medio de una hermana de su congregación, precisamente en la Iglesia de San Agustín de calle Las Heras, Ciudad de Buenos Aires, colocada en una pequeña urna de madera.  La traje a mi domicilio, y fui al Museo “Primer Combate Naval” Santiago Chervo, donde la abrimos y desplegamos la sábana. Estaba en malas condiciones, por lo que los museólogos me aconsejaron la llevara al Teatro Colón de Buenos Aires en busca de un experto para restaurarla si fuere posible.

En el año 2015, alrededor del 10 o el 18 según la memoria del profesor Carlos Robledo, di una conferencia sobre CAS en el Centro José Manuel Estrada de Rosario, y exhibimos y veneramos la reliquia.

Enterado de la preocupación, un amigo devoto de Carlos Sacheri me sugirió llevarla al taller de un especialista.

 

8. 2 de marzo 2016- 28 de abril de 2016. Restauración

Por eso viajé a Buenos Aires llevando la reliquia, y junto con el Dr. Juan Rego la entregamos bajo recibo (otorgado el 2-III.2016) al restaurador Guillermo Urbano, Arenales 3195, 7 “M”, para que procediera según su oficio.

Éste nos informó que al trabajarla, dado su mal estado, quedó dividida en tres trozos, que entonces fueron puestos en tres cuadros. La tarea realizada quedó explicada en documento confeccionado por Urbano y en un CD, ambos en mi poder.

 

9. 28 de abril de 2016- 5 de octubre de 2016. INFIP-Buenos Aires

El 28 de abril de 2016 el citado Urbano hizo entrega de las reliquias en tres cuadros bellamente enmarcados, al Dr. Juan Rego, quien asumió los costos y procedió a dejar aquéllos a mi nombre en el Instituto de Filosofía Práctica, Viamonte 1596, Buenos Aires, del que Sacheri fue cofundador.

Ofrecí al Colegio San Pablo tener un cuadro en custodia, dada la vinculación de Sacheri con el mismo, en fecha 16 de mayo de 2016; lo ofrecí al INFIP, del que fue cofundador Sacheri, que acogió la idea entusiásticamente; me solicitaron tener reliquias de Sacheri la organización FASTA a través de su secretario General Rodrigo Serrano, que incluso quería tener un pedacito para cada unidad de la institución en el mundo; y el Escribano Jorge Martín Villalba, por el grupo sacheriano de Mendoza. Siempre la familia pensó en dejar un cuadro en la Casa Central Mater Dei de San Luis.

 

10. 5 de octubre de 2016. Entrega al INFIP de uno de los cuadros

Viajé expresamente a Buenos Aires en automóvil el día 5 de octubre de 2016, acompañado por mi mujer Ana María Morhain de Hernández, e hice formal entrega al INFIP de uno de los tres cuadros en la persona del Dr. Enrique Aguirre. Es el más pequeño de los tres, en el que se alcanza a leer algo de la palabra “Hospital”. Procedí a llevarme los otros dos; fue en horas del mediodía.

 

11. 5 de octubre 2016. Reliquia entregada en La Plata a la familia

Seguimos viaje a La Plata y aproximadamente a las 17 horas entregué un segundo cuadro a la Hermana Paz Sacheri, en el Oratorio Don Bosco, en el que vivía y se desempeñaba entonces, para que le consultara a José, su padre, sobre su destino, y entretanto o en su defecto lo conservara y dispusiera sobre su veneración. El Dr. José Sacheri lo retiró el 9 de enero de 2017, quedando en su poder.

 

12. Convento Mater Dei, San Luis

El tercer cuadro se destinó al Instituto Mater Dei en su Casa Madre, institución que siempre se ha manifestado devota de Sacheri, divulgadora de su figura y deseosa de tener en su poder reliquias suyas, siendo ésa por lo demás la voluntad de la familia a través de la persona del Dr. José Sacheri.

Hicimos un acto íntimo aunque con mucha gente en Paraná el 10-I-2017, en Colón 168, familia de Emilio Cura; luego en San Rafael, el 21-I-2017; luego en Mendoza, en el domicilio del Escribano Martín Villalba con su familia, 23-I-2017 y en todos los casos se hizo una explicación y la consiguiente veneración de las reliquias.

Finalmente, el día 25 de enero de 2017 pronuncié una conferencia en la Casa Central de Mater Dei San Luis sobre Sacheri y Santo Tomás. Luego de la conferencia hubo comunicación telefónica con Canadá, con el Dr. Tom De Konninck, amigo de Sacheri y de su edad, conocido ya de las religiosas por su trato con él en Canadá; y se realizó la Santa Misa celebrada por el P Pérez, Párroco de la Catedral de San Luis.

Los actos de veneración consisten, si no hay una conferencia orgánica antes, en breve relato de la figura y muerte de Sacheri, relato del origen y tratamiento de las reliquias; sólo luego de esto se hace con toda formalidad la entrada con mucho respeto del cuadro cubierto con un paño; luego viene recién el descubrimiento del cuadro; se rezan oraciones, entre ellas por la canonización de Sacheri. Y finalmente todos se acercan en procesión a besarlo, siempre evitando lo que se llama “el culto público”. Se aconseja, mientras pasan las primeras tres o cuatro personas, hacer un silencio sepulcral, y a partir de la quinta persona aproximadamente, entonar cánticos religiosos. Si se puede, se celebra la Santa Misa.

El P. Luis González Guerrico retiró el cuadro en la predicación de un retiro que dio en la ciudad de San Luis, al dar una plática sobre el martirio (2). Las Hermanas lo han colocado en el refectorio del Convento, en contacto con ellas, pero fuera del culto público y acuden a él para hacer peticiones especiales ante graves emergencias.

El 27 de junio de 2017, con motivo de la presentación de mi libro Sacheri y el mandato argentino en el INFIP, a cargo de los Dres. Gerardo Palacios Hardy y Agustín Pantano, se procedió de nuevo a venerar su sangre; sangre de redención para la Argentina desolada.

 

Héctor H. Hernández, 15 de julio de 2021

 

Notas

(1) “Oración por el hermano muerto por Dios y por la Patria”, escrita de un tirón enterado de su muerte el 22 de diciembre de 1974 y leída públicamente el 26 de diciembre de 1974, en el Homenaje a Sacheri tributado por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UCA Mendoza, y el Ateneo de Cuyo. (Cfr. LÉPORI DE PITHOD, María Estela Yeya, In Memoriam Abelardo Félix Pithod 1932-2019, Gladius, p. 139 y ss.: “Cuando fue asesinado Carlos Sacheri, el dolor fue tan grande que subió a su escritorio (vivíamos en una casa de 2 plantas) y bajó después con ese hermoso poema que escribió de corrido y que ha sido reproducido infinidad de veces”).

(2) El P. Andereggen ha predicado retiros espirituales utilizando textos de Sacheri.

 

Obispo Schneider:

«los comentarios del Papa Francisco sobre los Diez Mandamientos contradicen la enseñanza de la Iglesia”

 


Schneider ha puesto de manifiesto en comentarios exclusivos para LifeSiteNews dos problemas principales que surgen de la negación del Papa de que el Decálogo sea de carácter vinculante. El primero de los problemas es que con esta afirmación contradice una encíclica del Papa Juan Pablo II, y el segundo problema es que contradice la enseñanza explícita del Catecismo de la Iglesia Católica.

El Papa manifestó esta problemática afirmación en su audiencia general del miércoles. La afirmación fue la siguiente: «¿Desprecio los Mandamientos? No. Los observo, pero no como algo absoluto, porque sé que quien me justifica es Jesucristo».

Los comentarios del Papa eran la respuesta a una pregunta formulada por él y para sí mismo sobre si vive con miedo de que «¿si no hago eso o aquello iré al infierno?»

Hablando sobre esas palabras, Schneider apuntó sin ambigüedades que la afirmación del Papa Francisco «contradice la enseñanza de la Iglesia y se asemeja bastante a una enseñanza sola fide de Martín Lutero».

El obispo auxiliar de Astana, Kazajistán, explicó que la afirmación del Papa también «contradice la encíclica Veritatis Splendor del Papa Juan Pablo II».

Schneider citó al predecesor del Papa Francisco, el cual escribió que «ya en la antigua alianza encontramos admirables testimonios de fidelidad a la ley santa de Dios llevada hasta la aceptación voluntaria de la muerte. Ejemplar es la historia de Susana: a los dos jueces injustos, que la amenazaban con hacerla matar si se negaba a ceder a su pasión impura, responde así: “¡Qué aprieto me estrecha por todas partes! Si hago esto, es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros. Pero es mejor para mí caer en vuestras manos sin haberlo hecho que pecar delante del Señor”. (Dn 13, 22-23)».

Las palabras del difunto pontífice continúan diciendo: «Susana, prefiriendo morir inocente en manos de los jueces, atestigua no solo su fe y confianza en Dios sino también su obediencia a la verdad y al orden moral absoluto».

Schneider apuntó que el Catecismo de la Iglesia Católica también contradice de forma clara las recientes declaraciones del Papa Francisco, las cuales enseñan que los cristianos están siempre obligados por la prescripción de la ley. El obispo remarcó que en el número 2072 del Catecismo de la Iglesia Católica se puede leer lo siguiente: «Los Diez Mandamientos son básicamente inmutables y su obligación vale siempre y en todas partes. Nadie podría dispensar de ellos».

También el miércoles, el Papa Francisco publicó un video en el cual animaba a la población mundial a vacunarse con una de las vacunas experimentales contra la COVID-19. El Papa Francisco no mencionó la conexión entre las vacunas y antiguos abortos, sino que se refería al hecho de vacunarse contra la COVID-19 como «un acto de amor». El Papa Francisco añadía que ayudar a alguien a recibir una vacuna contaminada de aborto también es «un acto de amor. De amor hacia uno mismo, hacia nuestros familiares y amigos, y hacia todo el mundo».

 

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Publicada en LifeSiteNews

Fuente: InfoVaticana, 20 agosto, 2021

Legítima Defensa y Sentido Común

 Carlos Prosperi

Dr. Biología-Lic. Filosofía-Instructor de Tiro


Introducción

Desde hace tiempo se discute en Argentina la legítima defensa por parte de ciudadanos comunes o miembros de las Fuerzas Armadas o de Seguridad, ante la agresión contra ellos mismos o contra terceros por parte de delincuentes peligrosos. El debate se radicaliza entre los que abogan en favor de la llamada “mano dura” y los abolicionistas o “garantistas”, uniéndolos a pensamientos de derecha o izquierda. Se confunde la legítima defensa con el “gatillo fácil” o la “justicia por mano propia”.

En nuestra época muchos términos políticos se usan inapropiadamente. La izquierda y la derecha provienen de la Revolución Francesa de 1789, cuando los opositores a la monarquía se sentaban a la izquierda de la Asamblea y sus defensores a la derecha. Curiosamente, quienes apoyan regímenes autoritarios como los de Cuba o Venezuela, parecidos al absolutismo monárquico, se consideran de izquierda, mientras quienes sostienen los principios liberales se consideran de derecha. “La diestra del Padre es la bienaventuranza eterna que se promete a los santos, como, con razón, se llama siniestra la miseria perpetua que se otorga a los impíos” dice San Agustín (El Combate Cristiano).

Los términos “fascista” o “comunista” ya no son posturas políticas sino meros insultos. Los países donde las Fuerzas de Seguridad son poco respetuosas de los derechos humanos son generalmente regímenes de izquierda, mientras que aquellos donde existen mayores garantías legales a favor de los ciudadanos serían de derecha. Por ello, conviene dejar de lado esos conceptos subjetivos y analizar la problemática desde el sentido común, como sugiere el título de esta nota, considerando los principios éticos aplicables en cada caso.

Para el sentido común la vida humana es uno de los valores máximos de cualquier comunidad organizada, y es algo en lo que hay acuerdo generalizado en el mundo, más allá de ideas religiosas o políticas. Aunque en muchos países, incluido el nuestro, se permite el aborto, que es el asesinato de un ser humano inocente e indefenso, a quien se le quita la vida sin razón suficiente, con premeditación porque hay planificación, con alevosía porque se usa una fuerza excesiva muy superior a la de la víctima, y agravado por el vínculo, ya que son los progenitores quienes solicitan matar a quienes deberían cuidar. Claro que esto es tema de otro debate.

 

Consideraciones éticas y legales

La Iglesia Católica acepta matar en legítima defensa como algo excepcionalísimo respecto al quinto mandamiento. En el Catecismo (Tercera parte, Segunda sección, Capítulo segundo, artículo 5), se lee: “El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal” (2264). “La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar perjuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad” (2265).

Santo Tomás de Aquino lo explica en estos términos: “La acción de defenderse [...] puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor”. “Nada impide que un solo acto tenga dos efectos, de los que uno sólo es querido, sin embargo, el otro está más allá de la intención”. “Si para defenderse se ejerce una violencia mayor que la necesaria, se trataría de una acción ilícita. Pero si se rechaza la violencia en forma mesurada, la acción sería lícita [...] y no es necesario para la salvación que se omita este acto de protección mesurada a fin de evitar matar al otro, pues es mayor la obligación que se tiene de velar por la propia vida que por la de otro» (Suma Teológica, 2-2, q. 64, a. 7).

El Código Penal Argentino define la situación en la que un ciudadano o un agente de la Ley pueden agredir a otra persona, en defensa de su propia integridad o de terceros. Desde la perspectiva ética matar es malo, tanto en una visión religiosa, como también desde el derecho natural, y por supuesto desde el derecho positivo. Por ello el Código establece los casos en que se puede matar sin cometer delito como una situación fuera de lo común, y por eso prescribe, para que sea legítima defensa, que concurran tres requisitos: a) agresión ilegítima, b) necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla y c) falta de provocación suficiente por parte del que se defiende (34, inc. 6º).

Dado el caso de una agresión ilegítima no provocada, la víctima potencial tiene el derecho de usar una fuerza proporcional para defenderse. Se debe aclarar que “proporcional” no significa que ser atacado con un cuchillo o un garrote implique la imposibilidad de defenderse con un arma de fuego. Si la víctima está en peligro real de muerte ante el ataque con cualquier tipo de arma letal, puede también usar a su favor el arma de que disponga para salvarse, aún a costa de la vida del agresor.

Si la proporcionalidad se tomara en un sentido muy estricto, un policía con su arma reglamentaria de 9 mm. y 15 cartuchos de capacidad no podría dispararle a un delincuente armado con un revólver calibre 22 plg. con seis cartuchos. O quien fuera atacado con una sevillana corta no podría recurrir a un machete más largo.

La ley contempla el caso de las armas “impropias”, que no son armas propiamente dichas pero pueden usarse como tales, y abarcan desde un hacha, un cuchillo de cocina, un destornillador o un palo de amasar, hasta una piedra o un ladrillo. Todos son objetos que, según las circunstancias, pueden causar la muerte, y contra ellos es válido usar inclusive las armas de fuego, independientemente de su calibre o capacidad, siempre que sean las reglamentarias o las permitidas para tenencia por parte de civiles.

Las complicaciones aparecen cuando no está claro qué tan peligroso es el atacante. Si tiene un arma blanca y quien se defiende tiene un arma de fuego, ¿existe alguna distancia entre ambos que anule la peligrosidad? En la mayoría de los estados europeos y los de Norteamérica hay un consenso que establece unos 3 ó 5 metros. A esas distancias, una persona con un cuchillo puede acercarse a su víctima en pocos segundos, lo que justifica el disparo defensivo, ya que a distancia cero o situación de contacto, una hoja punzo-cortante es más destructiva que una bala.

Si el disparo es cuando el agresor está huyendo, o si el tiro impacta por la espalda, se considera que ha dejado de ser agresor y no habría situación de defensa, lo que se puede objetar porque una persona puede ir disparando hacia atrás para cubrir su escape. Y si en medio del tiroteo resultara herido un tercero inocente, las pericias balísticas deberán determinar de cuál de las partes procedió el disparo para cargarle la culpa.

 

Cuestiones prácticas

Ante estos enfrentamientos a corta distancia, en particular si el atacante no tiene un arma de fuego, hay dudas acerca del uso de armas reglamentarias por las Fuerzas de Seguridad. Sucede cuando la persona es incontrolable por efecto de drogas, alcohol o alienación mental, con algún arma blanca o impropia, o si es una persona corpulenta, lo que pone al agente en el dilema de enfrentarse desarmado y en desventaja, más si se trata de hombres de poca talla o mujeres-policía, o disparar balas de plomo.

Ello llevó al desarrollo de armas no-letales, como gases irritantes, escopetas con perdigones de goma, o con la posibilidad de disparar pelotas de plástico, sea macizas o como cápsulas con gas lacrimógeno, o redes como las que usaban los gladiadores “retiarii”, más las armas con descargas eléctricas en la punta de bastones, en linternas, y las pistolas Taser o similares que disparan flechettes conectados por cables a la fuente de energía, aplicando un shock que relaja los músculos y provoca un desmayo temporal.

La intención es dominar a la persona peligrosa por unos breves instantes hasta tanto sea inmovilizado mediante esposas o bridas plásticas. Excepcionalmente pueden matar, porque la descarga produce un infarto o los gases dan una reacción alérgica y paro respiratorio, o por golpe severo al caerse. Las balas de goma, a quemarropa, atraviesan la masa muscular y afectan órganos vitales. Pero ocurre en muy pocos casos, al revés de lo que sucede con las municiones de plomo diseñadas específicamente para matar.

En tal sentido, los conocidos casos en Argentina donde policías se han enfrentado a alienados armados, las Taser hubieran sido una buena alternativa al uso de las armas de fuego, y hubieran evitado males mayores. La afirmación de que se pueden usar como picanas es completamente absurda, ya que incorporan una mini-cámara inviolable que registra las condiciones de su uso. Por otro lado, si hubiera intenciones de aplicar apremios ilegales, un simple cable pelado es más que suficiente.

Otro grave error de concepto es haber dado estas pistolas a Grupos Especiales de Seguridad, como los GEOF, o los Albatros o los Alacrán, ya que actúan contra terroristas o narcotraficantes fuertemente armados a los que deben combatir con fusiles de asalto, escopetas de combate o sub-fusibles de alta potencia. Las Taser, por el contrario, están diseñadas para ciudadanos comunes aunque potencialmente peligrosos, para los que resultaría excesivo el uso de munición blindada.

Si bien los diferentes estados de Norteamérica tienen legislaciones diversas, en la mayoría hay un concepto legal distinto al vigente en nuestro país, consistente en considerar que el agresor es responsable penal de todo lo que suceda a consecuencia de su acto ilegal, en tanto no haya solución de continuidad. Así por ejemplo, si el atacante es repelido con fuerzas desproporcionadas, o si se le dispara cuando está de espaldas, o si un tercero resulta herido, el culpable es el agresor que originó la situación que dio origen a todo lo que aconteció como su consecuencia. Y hay coincidencia en que la sola presencia de una persona no autorizada dentro de un domicilio es justificación suficiente para defenderse aún con armas de fuego, sin otras consideraciones.

En Estados Unidos una víctima se mató al arrojarse por la ventana de su departamento para escapar de un ladrón, y otra persona amenazada murió por un infarto. Ambos delincuentes fueron condenados por homicidio, ya que, si bien no fueron la causa directa de las muertes, lo fueron de manera indirecta. En Inglaterra un patrullero atropelló y mató a la versión británica de un “motochorro” en plena persecución. La justicia determinó que la responsabilidad era del delincuente, y el Scotland Yard, basado en el fallo, elaboró un protocolo autorizando a sus agentes a actuar de la misma manera.

Un problema usual en los tiroteos es que si los calibres son pequeños y no producen heridas importantes, permiten que un delincuente continúe disparando aún después de haber recibido varios impactos. En Estados Unidos los policías usan munición de punta hueca o expansiva, que al impactar en los músculos y órganos se abren y producen heridas o cavidades más grandes, con lo cual descargan toda la energía cinética y quedan en el cuerpo, dejando al atacante incapacitado para seguir agrediendo.

Allí, las municiones perforantes o de punta blindada están reservadas sólo para las fuerzas militares, de acuerdo a las convenciones de Ginebra y de La Haya, pero están prohibidas para uso civil o policial por el peligro de la sobrepenetración, que les permite atravesar personas, tabiques o automóviles, y de esa manera herir a terceros. Es casi imposible que no haya heridos inocentes durante un tiroteo en lugares con mucha gente agrupada, como una calle peatonal o un centro comercial.

Sin embargo en Argentina las municiones expansivas no están permitidas para la defensa, entendiendo que provocan heridas muy grandes. O sea que, protegiendo a los delincuentes, se permite que puedan devolver el fuego a quienes se defienden, poniendo en peligro a policías y civiles inocentes.

En nuestro país ha habido numerosos casos de exceso de fuerza por parte de policías que dispararon contra automovilistas que eludieron algún control caminero simplemente por miedo, y que no representaban ningún tipo de peligro. A veces incluso se han “plantado” armas para tergiversar los hechos. También hubo casos de civiles que cometieron excesos en la legítima defensa, persiguiendo y matando a ladrones indefensos.

Pero por otra parte, hay casos como el de Chocobar, que disparó a Kukoc, armado con un puñal, y el proyectil que le impactó tenía restos de silicio, lo que comprueba que había rebotado en una baldosa de la vereda. En el caso de Charpentier aparentemente tenía un cuchillo y estaba a pocos metros del agente que disparó, al contrario de lo que ocurrió en otro enfrentamiento cuando el policía no quiso usar su pistola Bersa y murió apuñalado. Cualquiera de estos casos hubiera tenido un desenlace menos trágico en caso de haber usado las Taser o similares.

Maldonado, que huyó de la Gendarmería tras cortar una ruta, murió ahogado como lo demostraron todos los peritajes. Además encontraron en su estómago y pulmones varias especies de algas microscópicas, conocidas como Bacilariofíceas o Diatomeas, coincidentes con las presentes en el agua del río donde se encontró su cuerpo.

En conclusión, siempre es difícil aplicar la doctrina aristotélica del justo medio, en este caso entre la legítima defensa y la venganza, o entre la represión justa y el gatillo fácil, de acuerdo al sentido común. Según el Estagirita: “Común, en cambio, es la (ley) conforme a la naturaleza, porque existe ciertamente algo que todos adivinan, comúnmente (considerado como) justo o injusto por naturaleza” (Retórica 1373b 3).

Pero es contradictorio que en un país con índices delictivos tan altos como los nuestros exista una legislación favorable al victimario y no a la víctima, yendo en contra del sentido común y de la voluntad popular manifestada en numerosas encuestas. Y ello basándose solamente en prejuicios ideológicos.

 

 

Bibliografía consultada

-Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex Renar). www.anmac.gob.ar

-Aristóteles. Retórica, Gredos, Madrid 2000.

-Armas de Fuego. www.historiadelasarmasdefuego.blogspot.com

-BBC Mundo. www.bbcmundo.com

-Código Penal Argentino. www.servicios.infoleg.gob.ar

-Diario La Nación. www.lanacion.com.ar

-Iglesia Católica. Catecismo. www.vatican.va

-Mauser, Gary. The Failed Experiment Gun Control. www.fraserinstitute.org 2003.

-Prosperi, C. Falacias Abortistas. Boletín Asociación Guardia Honor de la Virgen del Rosario del Milagro. Núm. 86. Córdoba. 2018.

-Prosperi, C. La tenencia legal de armas disminuye la delincuencia.

www.archivo-virtual.blogspot.com, 2019.

-San Agustín. El Combate Cristiano. https://filosofiapuntes.blogspot.com, 2017.

-Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica. https://hjg.com.ar/sumat.

-Smith, Guy. Gun FactsVersion 5.0. www.GunFacts.info,2008

Lamentable retroceso

 Por Monseñor Héctor Aguer

Arzobispo emérito de La Plata

 


He sido ordenado presbítero para la arquidiócesis de Buenos Aires el 25 de noviembre de 1972; celebré mi primera misa al día siguiente en la parroquia San Isidro labrador (barrio de Saavedra), en la que residí todo ese año ejerciendo el diaconado. Obviamente celebré según el Novus Ordo promulgado en 1970. Nunca he celebrado «la Misa de antes», ni siquiera después del motu proprio Summorum Pontificum; tendría que estudiar el rito, del que conservo lejanos recuerdos por haber servido de niño como monaguillo. Recientemente, al asistir a la Divina Liturgia de la Iglesia Ortodoxa Siria, me pareció advertir una cierta semejanza con la Misa Solemne latina, con diácono y subdiácono, en la que ayude muchas veces, sobre todo en funerales, que en mi parroquia se celebraban a menudo con especial solemnidad. Insisto: siempre he celebrado con la mayor devoción que puedo, el rito vigente en la Iglesia Universal.

Siendo Arzobispo de La Plata, todos los sábados, en el Seminario Mayor «San José» solía cantar en latín la plegaria eucarística, valiéndome del precioso Misal publicado por la Santa Sede. Habíamos formado, según la recomendación del Concilio Vaticano II en la Constitución Sacrosanctum Concilium n. 114, una schola cantorum, que ha sido eliminada a mi retiro. En Traditionis custodes (A 3§ 4) se habla de un sacerdote delegado del obispo para encargarse de las celebraciones de la Misa y del cuidado pastoral de los fieles en los grupos autorizados al uso del Misal anterior a la reforma de 1970. Se dice allí que «tenga conocimiento de la lengua latina». Habría que recordar que es posible celebrar en latín la Misa actualmente vigente en toda la Iglesia. El Concilio afirmaba en Sacrosanctum Concilium 36 § 1, «Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular». Desgraciadamente, el «derecho particular» parece ser prohibir el latín, como de hecho se hace (esto no es una boutade). Si alguien se atreve a proponer que se celebre en latín, es mirado como un desubicado, como un troglodita imperdonable.

El latín fue durante siglos el vínculo de unidad y comunicación en la Iglesia de Occidente. En la actualidad no sólo es abandonado, sino también odiado. En los seminarios se descuida su estudio, precisamente porque no se le encuentra utilidad. No se advierte que así se cierra el acceso directo a los Padres de la Iglesia de Occidente; muy importantes para los estudios teológicos: pienso, por ejemplo, en San Agustín y San León Magno, y en autores medievales como San Anselmo y San Bernardo. Esta situación me parece una señal de pobreza cultural y de ignorancia voluntaria.

Apunté aquellas noticias sobre mis inicios en el ministerio para mostrar que nunca he alimentado en mi vida sacerdotal nostalgia por no poder emplear el rito anterior, que tantos sacerdotes y muchos santos celebraron durante siglos. Sin embargo, mis estudios teológicos y muchas lecturas y constante reflexión sobre la liturgia eclesial, me permiten juzgar y sostener que, en lugar de crear una misa nueva, pudo haberse actualizado la anterior en una reforma discreta que marcase fuertemente la continuidad. A propósito, recuerdo una anécdota elocuente. El eximio teólogo Louis Bouyer relata que el presidente del Consilium ad exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia, Mons. Annibale Bugnini (reputado frecuente y ampliamente como masón), encargó a los miembros de esa Comisión presentar como ejercicio proyectos de plegaria eucarística. Cuenta Bouyer que él, con el benedictino liturgista Dom Botte, compusieron en una trattoria del Trastevere, un texto que para su asombro fue incluido en el nuevo Misal como Plegaria Eucarística II. Es la que suele elegir la mayoría de los sacerdotes, porque a causa de su brevedad les da la impresión de acortar la Misa en unos segundos. Me parece un texto muy bello, solo lamento que no aparezca en él la palabra sacrificium, sino la noción de memorial, e indirectamente, ya que después de la consagración se dice memores; los fieles no pueden identificar el memorial con el sacrificio que se ofrece.

Lo escrito hasta aquí es una especie de prólogo, a modo de justificación, al rápido comentario crítico que sigue del motu propio Traditionis custodes, de fecha 16 de julio del corriente año, que establece nuevas disposiciones para el uso del misal editado en 1962 por San Juan XXIII. Se reconoce que San Juan Pablo II y Benedicto XVI han querido promover la concordia y la unidad de la Iglesia, y que procedieron con paterna solicitud para con quienes adherían a las formas litúrgicas anteriores al Vaticano II. El actual Pontífice declara que desea proseguir todavía más en la constante búsqueda de la comunión eclesial (Prólogo de Traditionis custodes) y para hacer efectivo este propósito, ¡elimina la obra de sus predecesores poniendo límites arbitrarios y obstáculos a lo que aquellos establecieron con intención ecuménica intraeclesial y de respeto a la libertad de sacerdotes y fieles! Promueve la comunión eclesial al revés. Las nuevas medidas implican un lamentable retroceso.

El fundamento de esta intervención - se dice en el prólogo- es una consulta de la Congregación de la Doctrina del Fe dirigido a los obispos en 2020 sobre la aplicación del motu proprio de Benedicto XVI Summorum Pontificum, cuyos resultados han sido considerados ponderadamente. Sería interesante conocer cuáles han sido los auspicios formulados por el Episcopado.

 Así es como en el primer artículo se elimina la forma extraordinaria del Rito Romano. El propósito de Benedicto XVI al oficializar el uso libre del Misal de 1962 fue -según entiendo- atraer o mantener en la unidad de la Iglesia a quienes escandalizados por la devastación litúrgica universal se habían apartado o corrían el riesgo de apartarse porque no deseaban aceptar esta situación de hecho; un afecto de comunión eclesial determinó la apertura de una vía razonable para la vivencia litúrgica. Ahora queda en manos de los obispos diocesanos conceder la autorización del uso del misal antecedente. Todo comienza de nuevo, y es de temer que los obispos sean avaros en la concesión de los permisos. Muchos obispos no son traditionis custodes, sino traditionis ignari (ignorantes), obliviosi (olvidadizos), y peor aún traditionis evertores, destructores.

Me parece muy bien que se exija no excluir la validez y la legitimidad de los decretos del Vaticano II, de la reforma litúrgica y del magisterio de los Sumos Pontífices. Para quienes ya empleaban la forma extraordinaria del Rito Romano, ¿no bastaba la vigilancia ordinaria de los obispos y la eventual corrección de los infractores? Habría que hacer uso de caridad y paciencia con los rebeldes; no faltan los buenos argumentos. Este designio completaría la justa exigencia expresada en el Artículo 3 § 1.

La limitación de lugares y días para celebrar según el Misal de 1962 (Art 3 § 2 y § 3) son restricciones injustas y antipáticas. Todo sacerdote debería poder emplear la forma extraordinaria del Rito Romano (esto implica volver atrás de la interdicción), en primer lugar, cuando celebra solo y además en público donde los fieles ya lo están recibiendo si el sacerdote ha explicado que utilizaría ese Ordo destacando su venerable antigüedad y su valor religioso. La vigilancia del obispo bastaría para que esa facultad no se ejerza contra la utilidad pastoral de los fieles. El § 6 de ese Artículo 3 es una restricción injusta y dolorosa al impedir que otros grupos de fieles puedan gozar de la participación de la misa celebrada según el misal de 1962. Es curioso que mientras oficialmente se promueve una estructura «poliédrica» de la Iglesia, con la facilidad que esta actitud implica para la difusión de disidencias y errores contra la Tradición católica, se imponga una uniformidad litúrgica que parece únicamente escogida en contra de esa tradición. Me consta que muchos jóvenes de nuestras parroquias están hartos de los abusos litúrgicos que la jerarquía permite sin corregirlos; desean una celebración eucarística que garantice una participación seria y profundamente religiosa. No hay en esta aspiración nada de ideológico. También me parece antipático que el sacerdote que ya tiene el permiso y lo ha ejercido correctamente, deba gestionarlo de nuevo (Art. 5. I). ¿No será éste un ardid para quitárselo? Se me ocurre que quizá haya no pocos obispos (nuevos, por ejemplo) remisos a concederlo.

Todas las disposiciones de Traditionis custodes serían gustosamente aceptables si la Santa Sede atendiera a lo que yo llamo devastación de la liturgia, que se verifica en múltiples casos. Puedo hablar de lo que ocurre en la Argentina. En general, es bastante común que la celebración eucarística asuma un tono de banalidad, como si fuera una conversación que el sacerdote mantiene con los fieles, y en la que resulta fundamental la simpatía de aquel; en ciertos lugares se convierte en una especie de show presidido por el «animador» que es el celebrante, y la misa de niños en una fiestita como las de cumpleaños. Entre nosotros se ha registrado un hecho que espero sea excepcional; no tengo noticia de que haya ocurrido algo semejante en otras partes del mundo. Un obispo celebró misa en la playa, vestido con hábito playero sobre el cual calzó una estola; un mantelito sobre la arena (o un corporal), y en lugar del cáliz un mate. Aclaración para extranjeros: el mate es una calabacita seca y vaciada que se emplea para tomar una infusión de yerba mate, y mate se llama también al acto de beber la infusión mediante una bombilla; suele ser un ejercicio comunitario: el mate circula entre los presentes y alguien se ocupa de cebarlo. Otros casos que se han difundido muestran la celebración como cierre de una reunión; sobre la mesa quedan papeles, vasos, bebidas gaseosas; los fieles se sirven la comunión ellos mismos.

En general se puede decir desde este ángulo geográfico de visión, que cada sacerdote tiene «su» misa; los fieles pueden elegir: «yo voy a la misa del Padre NN». De estas realidades no se ocupan los obispos, que sin embargo son rápidos en reaccionar contra un sacerdote que con la máxima piedad celebra en latín: «eso» está prohibido. ¿Será esta prohibición el «derecho particular» a que se refiere la Constitución Sacrosanctum Concilium 36 § 1, en el pasaje donde se habla de la conservación del latín? En virtud de ese criterio han desaparecido del uso cantos latinos que la gente sencilla cantaba corrientemente en las parroquias, como el Tantum ergo en la bendición eucarística. La falta de corrección de los abusos lleva a la persuasión de que «ahora la liturgia es así». Bastaría simplemente hacer cumplir lo que el Concilio determinó, con sabiduría profética: «que nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la liturgia» (Const. Sacrosanctum Concilium 22 § 3).

No se puede negar que la celebración eucarística ha perdido exactitud, solemnidad y belleza. Y el silencio ha desaparecido en muchísimos casos. Un capítulo aparte merecería la música sagrada (¿sagrada?), según el Capítulo VI de Sacrosanctum Concilium. Insisto: Roma debería ocuparse, pronunciarse sobre estos desarreglos.

Para concluir, me parece notar una relación en el tono del decreto resolutivo y el discurso pronunciado por el Santo Padre el 7 de junio pasado, dirigido a la comunidad de sacerdotes de San Luis de los Franceses, de Roma. Percibo en ambos textos (puedo equivocarme, por supuesto) una falta de afecto, a pesar de ciertas apariencias. Es verdad que el motu proprio, por la naturaleza de su género no permite efusiones pastorales; sin embargo, en su concisión podía haberse presentado como signo de amor pastoral. La comparación no me parece arbitraria; en ambos casos sería deseable advertir esa actitud misericordiosa que es tan celebrada en el actual Pontífice. Pareciera que el juicio que la Iglesia hace, en su máxima instancia, del decurso de la vida eclesial procede según dos pesos y dos medidas: tolerancia, y aun aprecio e identificación con las posturas heterogéneas respecto de la gran Tradición («progresistas», como se las ha llamado) y distancia o disgusto respecto de las personas o grupos que cultivan una posición «tradicional». Me viene a la memoria el propósito que un célebre político argentino enunció brutalmente: «para los amigos, todo; al enemigo, ni justicia». Digo esto con el máximo respeto y amor, pero con una inmensa pena.

 

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Fuente: Infocatólica, 24/08/21

 

La sabiduría de lo medieval

Filosofía cristiana desde San Pablo hasta Guillermo de Occam

Por Stefano Fontana



Prefacio escrito por Stefano Fontana para la edición en español de su libro "La sabiduría de lo medieval. La filosofía cristiana de San Pablo a Guillermo de Occam".

 

Quien escribe un libro no lo escribe para un círculo de lectores bien definido y limitado, lo escribe para "los lectores", para todos los lectores y para todos los lectores. Este libro mío nació en Italia, pero desde el principio no estaba destinado solo a lectores italianos. Por eso estoy muy contento de que ahora también esté disponible en España, para los lectores españoles, que también son "lectores" como los italianos. Si luego tenemos en cuenta lo que fueron la Edad Media y la Filosofía Medieval en Italia y España y cuánto tienen en común estas dos tradiciones, a saber, la civilización cristiana, se llega a pensar que la traducción al español ya era potencialmente necesaria en el momento de escribir el libro. libro. Un requisito implícito de que las ediciones Home Legens ahora han dado lugar al acto.

El título - "La Sapienza dei Medievali" - dice el contenido del libro, pero corresponde al subtítulo aclarar el punto de vista y el criterio con el que se trata el contenido: "La filosofía cristiana de San Pablo a Guillermo de Occam ". El punto de vista es, por tanto, "filosofía cristiana". Entre la edición italiana y esta edición española, publiqué recientemente un libro con este título en Italia (Edizioni Fede & Cultura, Verona 2021), pero su núcleo original está en lo que presento aquí en la edición española. El lector, de hecho, encontrará en la Introducción una exposición bastante articulada del concepto de filosofía cristiana, una noción de la que no podemos deshacernos porque históricamente ha expresado y teóricamente expresa la correcta relación entre la fe católica y la razón.

Esto no significa que los lectores de este libro solo deban ser católicos. De hecho, la característica de la filosofía cristiana es que la religión católica no pide a la filosofía que se convierta en religión, sino que la empuja a ser filosofía hasta el final, hasta los límites del misterio. De hecho, sólo una filosofía llevada a sus límites extremos puede pensar correctamente el misterio, mientras que una filosofía positivista prisionera de los hechos empíricos puros ni siquiera es capaz de postular la existencia del misterio. La religión católica, por tanto, no "bautiza" la filosofía desde el exterior haciéndola extrínsecamente católica, no le da un toque de catolicidad, más bien la recuerda plenamente a su propia verdad filosófica, pidiéndole que sea plenamente lo que es. y ayudando a que sea. Por eso el libro es para todos y no solo para católicos, ya que no expresa filosofía más de lo que debe ser.

El adjetivo "cristiano" en la expresión "filosofía cristiana" no es una adición externa y accidental, sino que configura la esencia misma de la filosofía, en el sentido de que equivale a la expresión "verdadera filosofía". Esto nos dice que la filosofía, no para convertirse en religión, sino para ser verdaderamente filosofía, debe gozar de una relación esencial con la revelación cristiana, sin temer por ello convertirse en otro que ella misma, en efecto, como garantía de poder ser plenamente ella misma sin caer presa. ideologías o intereses partidistas o religiones fundamentalistas. La libertad de la filosofía no se pisotea, sino que está garantizada por su relación esencial con la religión cristiana (o mejor, la católica), de la que no puede prescindir. Esto también nos dice que la fe católica es capaz de producir filosofía, no directamente dado que Cristo no es Sócrates, sino indirectamente al dotar a la razón filosófica de contenidos filosóficos transmitidos a través de la religión y que la filosofía debe luego hacer los suyos y profundizar con la razón.

El concepto de creación de la nada, fruto de la Revelación, requiere un estudio en profundidad del acto de ser dirigido por Santo Tomás. Por esta razón, el adjetivo "cristiano" no contradice el sustantivo "filosofía". Es cierto que en teoría la filosofía puede encontrar muchas verdades incluso con su propia fuerza, pero de forma incierta y en todo caso no las últimas verdades. Es cierto que Aristóteles no era cristiano y que los cristianos lo miraban con recelo por su paganismo, pero también es cierto que Aristóteles entra en la Edad Media cristiana de una manera y la deja de otra, ya que Santo Tomás no es simplemente un aristotélico, pero él que, a la luz de la fe católica, transformó el aristotelismo y otras tradiciones de pensamiento en una filosofía radicalmente nueva, la filosofía cristiana. Y Santo Tomás, como nos recuerda Gilson, no partió de Aristóteles (es decir, de la filosofía) para llegar a las Escrituras (es decir, la fe revelada), sino que siguió el camino opuesto: se preguntó qué podría haber sabido acerca de lo que creía. Por eso la filosofía cristiana no es una pincelada de Aristóteles o de otros. Esta prioridad de la fe sobre la razón, que sin embargo consiste en un fortalecimiento de la razón y no en su reducción, motiva la filosofía cristiana y subyace en el verdadero significado del adjetivo "cristiano" en esa expresión.

Lo anterior también explica otra cosa curiosa de este libro. En el subtítulo comienza con San Pablo, que no era filósofo, y termina con Guillermo de Occam, que ya había destruido la filosofía cristiana. Nunca he visto libros sobre la historia de la filosofía medieval que iniciaran el período examinado no por un filósofo sino por un apóstol, un creyente y un teólogo. Pero desde la perspectiva de la filosofía cristiana, esto es incluso obvio. La Revelación cristiana, de la que San Pablo fue el gran intérprete, junto con el Prólogo de San Juan, para comprenderla en su relación con la razón humana, tiene importantes necesidades filosóficas que debe ser satisfecha por una filosofía que quiere ser ella misma por completo.

 

Espero que la edición en español del libro ayude a la cultura actual a recuperar la relación entre la razón y la fe (católica) de la manera correcta.


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Fuente: Observatorio Van Thuan, 3-8-21

No te arrepientas

La Argentina desciende de la España de los Reyes Católicos, no de los barcos del siglo XX

Por Germán Masserdotti



España, en América, buscó edificar otra España, no una colonia. Esta afirmación, que cito ad sensum, es una de las que formula el historiador y periodista español José Javier Esparza en una entrevista reciente que le hizo Fernando Paz en El Toro TV a propósito de No te arrepientas. 35 razones para estar orgulloso de la historia de España (Madrid, La esfera de los libros, 2021), el último de sus libros. Recomiendo oír la entrevista y espero leer el libro cuando resulte posible. La afirmación de Esparza, por cierto, cuenta con un respaldo historiográfico por demás sólido. 

A diferencia, conviene recordarlo, de Inglaterra y otras potencias europeas que sí consideraron como colonias y los trataron como tales a los territorios conquistados resultado de diversos motivos.

Pruebas sobran, la comunidad científica lo tiene aceptado hace rato, pero en el “sentido común” de la gente, reconfigurado por los que militan en el anti-Catolicismo, es una idea prácticamente ausente. La “bajada de línea” en colegios de gestión estatal en la Argentina es la adopción acrítica de los lugares comunes de la Leyenda Negra contra España. Y lo que, todavía, causa más pena es que esta misma “bajada de línea” es la propagada en buena parte de los colegios católicos –tema aparte–.

Me refiero a los que militan bajo la bandera del anti-Catolicismo y no solamente en contra de la Iglesia porque los que les fastidia soberanamente es un mundo que se nutre de la Cultura Católica, de la Cristiandad –un ejemplo entre otros debido a la Monarquía católica española: las misiones guaraníticas a cargo de la Compañía de Jesús–. Nos tolerarían si fuéramos católicos en nuestra casa, en nuestros templos y no mucho más. Sucede que el Catolicismo sin aclaraciones busca evangelizar a los individuos y a las sociedades, incluida la Comunidad Política.

Por eso es tan importante difundir libros como los de José Javier Esparza y de tantos otros autores que escriben en lengua castellana, pero no solamente. Ahora recuerdo uno del francés Jean Dumont, El amanecer de los derechos del hombre (Madrid, Ediciones Encuentro, 2009).

Esta introducción viene a cuento por unas palabras recientes que dijo Alberto Fernández, presidente argentino, durante la visita de Pedro Sánchez, actual presidente de España. Afirmó: “los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, venimos de los barcos”. Luego quiso aclarar sus dichos pero, como suele decirse, “no aclares que oscureces”. En su cuenta de Twitter señaló: “Se afirmó más de una vez que “los argentinos descendemos de los barcos”. En la primera mitad del siglo XX recibimos a más de 5 millones de inmigrantes que convivieron con nuestros pueblos originarios. Es un orgullo nuestra diversidad”. Uno de los efectos de su intervención fue correspondiente superproducción de memes.

Una vez más, lo que resulta una verdad establecida para la historiografía seria no lo es para el actual “sentido común” de la gente al que nos referíamos arriba. Por eso es necesario recordar que los argentinos no nacemos en 1810, ni en 1816, ni descendemos de los barcos a comienzos del siglo XX.

Los argentinos descendemos, principalmente, de la España inspirada en el testamento y codicilo de Isabel la Católica y del proyecto político de su nieto Carlos I de Castilla (y V del Sacro Imperio Romano Germánico) en favor de la consolidación y defensa del orden cristiano. Por mencionar un libro, recordemos el de Vicente Sierra, El sentido misional de la Conquista de América (Buenos Aires, Dictio, 1980).

En otra oportunidad, (“Por Castilla somos gente”, Religión en Libertad, 12 de octubre de 2019), recordé los versos de Francisco Luis Bernárdez (1900-1978), otro gran argentino como Sierra. En los versos de La Patria se profesa que “podemos dar gracias al cielo por la belleza y el honor de su destino. / Y por la dicha interminable de haber nacido en el lugar donde nacimos”. Los versos de Bernárdez pueden vincularse al momento fundacional de nuestra Patria Argentina. Porque, como continúa el mismo poeta, “la Patria duerme como un niño, con la cabeza en el regazo de la historia. / Su sueño es dulce y reposado como el que sigue a la virtud y a la victoria”. Y sobre todo, debe remarcarse con el porteñísimo Bernárdez, “la Patria vive dulcemente de las raíces enterradas en el tiempo. / Somos un ser indisoluble con el pasado, como el alma con el cuerpo. / Como la flor con el perfume, como las llamas y la luz con el incendio”.

En la misma nota, cité los dichos de Juan Luis Gallardo, otro argentino contemporáneo –y autor, entre otros libros, de Crónica de cinco siglos. 1492-1992 (Buenos Aires, Vórtice, 2007, 3° edición) –. En “Madre Patria” (La Prensa, 23 de agosto de 2019), Gallardo sostiene que “no por nada llamamos a España nuestra Madre Patria. Porque, como dijo fray Francisco de Paula Castañeda, por Castilla somos gente. A ella le debemos, en efecto, poseer la Fe de Jesucristo, el amor a María Santísima, el empleo de la palabra escrita, el sonoro idioma que nos legó, la aplicación del Derecho, la forja del hierro, la utilización del caballo, del ladrillo y de las tejas, la multiplicación de la ganadería, la ciencia de cultivar el suelo y, en fin, el entronque con la cultura occidental a través de Roma para llegar a Grecia”.

“En mi caso, al menos –agregaba–, no podría pensar la Patria –tomo la expresión del ilustre argentino padre Leonardo Castellani– sin volver a nuestras raíces hispánicas. Dije volver a nuestras raíces hispánicas. Efectivamente, de volver se trata porque nos hemos apartado. ¿Cómo podría explicarse, si no, el proceso de descomposición de nuestro pueblo? Los que mandan le prometen a nuestro pueblo –y, además, no se le cumple–, “alivio en el bolsillo, más empleo y mejor salario”, pero se le adultera el alma”.

Desconozco si al presidente Fernández le importarán o no estas consideraciones. A decir verdad, no es el único dirigente político argentino actual que se revela ignorante respecto de la historia patria. Para ser justos, deberíamos también mencionar al expresidente Mauricio Macri.

No nos resignemos, no obstante, a que nuestros hijos ignoren la historia de su Patria. Si los argentinos tuviéramos un justo conocimiento y, sobre todo, un auténtico amor por nuestra historia nacional que se enraíza en la Hispanidad, resultaría menos probable que se hayan enquistado en la vida política clases dirigentes que carecen que de un auténtico patriótico.

 

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Fuente: Observatorio Van Thuan, 16 de junio de 2021