Demasiado para morir, muy poco para vivir

 


Por Gabriel Camilli

Cnl My (R) - Director de Elevan.

 

En el noveno mes de la guerra en Ucrania, este sangriento y devastador conflicto continúa presentándose como una "montaña rusa emocional". Los continuos informes de los medios sobre éxitos y fracasos caracterizan el panorama en ambos lados. En la guerra, que también se ha librado como una guerra de información desde el principio, se está volviendo cada vez más difícil mantener una visión general. Como es habitual en los conflictos de mayor duración, también hay cierta resignación en los informes de los medios regionales y globales. Nuevos eventos, como por ejemplo, el enfrentamiento entre China y Estados Unidos por Taiwán, dominan las primeras planas.­

Los servicios de inteligencia occidentales informan constantemente sobre las graves debilidades de la gestión de operaciones rusas e incluso predicen que el ataque ruso colapsará pronto. Pero este colapso no se produce. Lo contrario parece ser el caso. En el Donbass, las fuerzas rusas siguen avanzando lenta pero constantemente a lo largo de un amplio frente. En el sur, el frente se ha estabilizado apoyados en la orilla occidental del Dniéper. La retirada del área de Kyiv, en su momento, se presentó con éxito a la población rusa como parte del plan general para "desmilitarizar" Ucrania.­

Si miramos las batallas en detalle, podemos ver una cosa desde el punto de vista militar: las entregas de armas occidentales están teniendo un efecto, pero aún no de forma rotunda y sostenible. El resultado debe ser medible. Solo cuando los ataques rusos se detengan por completo o cuando las tropas rusas se retiren (similar a la situación alrededor de Kyiv en marzo de 2022) se puede hablar realmente de un punto de inflexión en la guerra desde un punto de vista sobrio, objetivo y militar. Los envíos de armas occidentales que han llegado hasta ahora significan que las fuerzas armadas ucranianas tienen "demasiado para morir y muy poco para vivir”. ­

­Envios de armas­

Por el momento, los envíos de armas occidentales cubren solo una parte de las necesidades reales de Ucrania. Se han prometido capacidades básicas importantes, como sistemas de defensa aérea de mediano y largo alcance de alto rendimiento, en pequeñas cantidades, pero aún no se han entregado. La Fuerza Aérea de Ucrania resultó gravemente afectada. Actúan con audacia, pero a la defensiva y tienen poca capacidad ofensiva. Las fuerzas terrestres ucranianas están desgastadas.­

Los sistemas de artillería occidentales entrantes se envían de un lado a otro a lo largo de la línea del frente para crear "efectos" en el lado ruso, como la destrucción de los depósitos de municiones. Esta línea de frente tiene casi 1.000 kilómetros de largo, desde Kharkiv en el norte hasta Kherson en el sur. A pesar del apoyo masivo con datos de reconocimiento, sobre todo de EE. UU., al Estado Mayor ucraniano se le pide constantemente que evalúe dónde está utilizando sus pocos recursos (especialmente la artillería de largo alcance). ­

En Ucrania, además, todas las características de una agotadora guerra de desgaste son claramente perceptibles en el campo de batalla. Como hace casi cien años, el uso de la artillería determinó la situación en el frente. En las profundidades del enemigo intentan interrumpir o destruir sus suministros. Las líneas de ferrocarril, los puentes y las estaciones son de gran importancia.­

En los últimos tiempos los ataques rusos a la infraestructura eléctrica de Ucrania buscan minar la moral de la población ante el crudo invierno. Los drones para el reconocimiento de artillería o en uso "Kamikaze", las aplicaciones de control de fuego de artillería, los misiles de crucero de precisión o misiles de alcance medio, el reconocimiento por satélite y por radio solo ocultan el hecho de que la guerra todavía se libra con extrema brutalidad.­

Como expresamos anteriormente en La Prensa: "las operaciones terrestres y aéreas son complementadas por operaciones de ciberataques y operaciones de información perfectamente sincronizadas en tiempo y forma para producir un efecto deseado a fin de lograr u apoyar el éxito del objetivo político y estratégico”. ­

Clausewitz señaló correctamente que la naturaleza de la guerra nunca cambia, solo cambia su carácter, "es un verdadero camaleón" y en esta guerra europea la "Niebla de la Guerra 2.0" se ve atravesada por la guerra de la información sin restricciones y global para influir en la mente de los pueblos, para entrar en cada casa por los medios de comunicación y las redes sociales. ­

Rusia ha sufrido más de 100.000 bajas entre muertos y heridos como resultado de la guerra y Ucrania puede haber contabilizado un número de víctimas similar, según el jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, Mark Milley. Pero sin embargo los medios de comunicación cambian los números para manipular a sus públicos.­

El objetivo de esa guerra de información es la mente de los ciudadanos de ambos bandos.­

 

Voluntad de lucha

Al respecto es importante considerar el uso que las partes dan a la encuesta de Gallup donde se muestra el nivel de voluntad de lucha de los diferentes países del globo. Allí podemos a acceder a una forma de registro de datos que permite identificar las creencias, valores y preferencias políticas de la población, e incluso comprender qué sienten las personas en relación a sus comunidades.­

Así la "Encuesta Mundial de Valores" incluye esta cuestión: ¿Estaría dispuesto a pelear por su país? Y al consultarla nos revela que por ejemplo en España, Portugal, Eslovaquia o Italia una mayoría afirma que no. En Alemania, una mitad estaría dispuesta y la otra no. En Bielorrusia, Rusia y Ucrania una gran mayoría responde afirmativamente, cosa que también se observa en Noruega, Suecia y Dinamarca. (Para ver la encuesta pueden consultar https://www.mediablizz.com/willing-fight-country/

Conociendo ambos bandos estos datos de la encuesta, la acción comunicacional de la guerra cognitiva apunta a la mente del occidente opulento que rechaza la guerra y no está dispuesto a pelear por su país. Porque en occidente están los menores niveles de intensión de luchar por sus naciones.­

Al inicio de la guerra algo veíamos en este aspecto en La Prensa (26.02.2022), `La Fortaleza y la fuerza': "Si se analizan uno a uno los elementos del poder nacional (territorio, población, PBI, poder militar, moral nacional, inteligencia estratégica, calidad de la dirigencia, etc.) puede fácilmente constatarse que Estados Unidos está declinando relativamente en función del ascenso chino en todos los órdenes. Rusia, en cambio, no tiene la fuerza económica ni de USA ni de China, pero tiene un poder militar enorme y probado exitosamente en combate, y tiene además un control determinante sobre la energía que consumen las industrias y los hogares europeos. Por otra parte, no hay liderazgos en los países de la OTAN que tengan un compromiso real con los valores y los intereses occidentales como los que tiene Putin con los valores y los intereses rusos, y como los que tiene Xi con los valores y los intereses chinos. ¿O acaso alguien puede creer que el auge de las teorías posmodernas y deconstructivistas -los ataques a los valores occidentales, a la idea de Patria, a la familia, a la historia, al cristianismo, etc.- no iban a tener consecuencias? Que nadie se llame a engaño. El primer escudo defensivo de un Estado es la confianza en su propia identidad nacional, espiritual e histórica. La Fortaleza es una virtud, la fuerza es una consecuencia. ¿De qué sirven los arsenales de la OTAN si los dirigentes no creen en los valores tradicionales de Occidente? ¿Qué van a defender?"­

Como venimos afirmando, en general, esta fase de la guerra en Ucrania se desarrolla en tres niveles críticos: la capacidad de resistencia de las tropas rusas que esperan refuerzos, la capacidad de Occidente para continuar alimentando el esfuerzo bélico ucraniano con armas y municiones y la capacidad de Kiev mantener la iniciativa en el campo de batalla a pesar de las enormes pérdidas en tropas y vehículos que Occidente intenta compensar.­

 

Fuente: La Prensa, 27-11-2022

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