Por
Jorge Martínez
La suya es la "historia más bella del
mundo", afirmaba el filósofo Alain. A un tiempo "la sucesión de
milagros más sorprendentes y la sucesión de acciones políticas más
razonables", según André Maurois. "El único relato de una vida humana
-le gustaba repetir a Mark Twain- que ha llegado hasta nosotros bajo
juramento". Juana de Arco: la sencilla campesina francesa que, guiada por
voces celestiales y el consejo de ángeles y santos, llegó a comandar un
ejército a los 17 años, acaudilló la derrota de los invasores ingleses y coronó
al rey legítimo de su tierra antes de ser traicionada, juzgada y quemada en la
hoguera el 30 de mayo de 1431.
Hace dos años la religiosa argentina Marie de la
Sagesse Sequeiros (SJM) publicó “Santa Juana de Arco: reina, virgen y mártir”
(Katejón, 452 páginas) una completa biografía de la Doncella de Orleáns escrita
a partir del estudio de los procesos de condenación, rehabilitación y
canonización y de la más actualizada bibliografía en francés, inaccesible para
el lector en español. Lo hizo obedeciendo a un interés que la había nutrido
desde la infancia, y con la intención de despejar mitos, leyendas y mentiras.
Al cumplirse un siglo de la canonización de Santa
Juana (fue el 16 de mayo de 1920), la hermana Marie de la Sagesse (La Plata,
1978) respondió por correo electrónico desde Francia a las consultas de este
diario en torno a una figura fascinante y ejemplar que, paradójicamente, sigue
sin ser del todo comprendida pese al tiempo transcurrido y a todo lo que se ha
escrito sobre ella.
- ¿Cuáles diría que son las mayores
inexactitudes o distorsiones vigentes hoy en torno a Santa Juana de Arco?
-De Juana existe una "versión oficial"
de sus hazañas, reproducida por muchos libros y películas, distinta de la
realidad transmitida por la documentación fehaciente. Para poner un ejemplo, la
serie televisada Joan of Arc de 1999,
aun siendo respetuosa, naturaliza hechos claves y tergiversa su gesta con tres
leyendas negras: la doncella aparece mintiendo en las declaraciones del
proceso, habría sido abusada por soldados ingleses en la prisión y habría
abjurado, arrepintiéndose de su misión divina.
Y en una película del mismo año, interpretada por
Milla Jovovich, no sólo imaginan un supuesto "abuso sexual" contra la
doncella, sino que inventaron otro contra su hermana menor, al que presentan
como móvil principal de todo el actuar de Juana: vengar el honor de su
hermanita. Un disparate mayúsculo. Si bien los ingleses intentaron sobrepasarse
con la virgen guerrera, ella defendió valientemente su cuerpo haciendo mérito
hasta el final al sobrenombre de Pucelle ("virgencita") que le habían
dado sus voces. De hecho, la Iglesia la canonizó como "virgen" por
vivir su castidad en grado heroico.
¿Abjuración?
- ¿Qué grado de verdad tiene la presunta
abjuración de Juana?
-Existe otra leyenda más grave, que mancha su
alma, y es su supuesta "abjuración". Aún en la más histórica de las
películas, la de Ingrid Bergman, es presentada una Juana que al final de sus
días "se quiebra" arrepintiéndose públicamente de su misión. Según
dicen, el 24 de mayo de 1431 ella habría renegado de todo, admitiendo frente al
tribunal haber sido "engañada" por unas voces que no provenían de
Dios, y haber así a su vez engañado a quienes la siguieron.
El punto no es menor, pues, de ser así, sus
asesinos habrían actuado conforme a derecho. La mayoría de los historiadores,
incluso los católicos favorables a la santa, tratan de justificar su
"caída" como un error humano comprensible dadas las circunstancias del
caso, del que poco después ella misma se habría arrepentido.
Refutar la patraña no fue cosa fácil. Pasaron más
de 500 años hasta que el coronel francés Charles Boulanger publicó su
categórica respuesta a la catarata de falsedades: 7 de Julio 1456, entierro del
affaire Juana de Arco: Triunfo de la Universidad de París (editado en 1956).
Fue el primer historiador en demostrar la inocencia absoluta de Juana y su
constante indefectibilidad frente a las amenazas y torturas, probando con un
rigor científico avasallador la falsedad de su abjuración: Juana de Arco jamás
renegó ni se arrepintió de su misión. Por el contrario, fue fiel a sus voces y
se mantuvo invicta hasta el final.
- ¿Qué tiene para decirnos el ejemplo de
la Pucelle en este tiempo secular, descreído y desmesuradamente individualista?
-Creo que Juana de Arco es la antítesis de los
tiempos que corren. Podríamos decir junto con Sócrates que ella es como un
molesto tábano que no nos deja acomodarnos tranquilos a este mundo globalizado
y apátrida, que en Europa llega hasta negar sus raíces cristianas a fin de
fabricar un nuevo tipo de hombre desarraigado, sin patria, ni familia, ni
sexo... La "doncella de Orleáns" nos interpela exhortándonos a
esperar contra toda esperanza y recordándonos que existe una política divina
por encima de los países, que el Justo Juez ha dado a cada nación una misión
particular para cumplir en la Historia y que incluso está dispuesto a
intervenir aquí abajo para encauzar su plan. A Francia, privilegiada en esta
distribución de vocaciones, y de responsabilidades, no le han faltado, como
"Hija mayor de la Iglesia", los medios proporcionales a su misión:
Juana es no sólo la mensajera sino también la realizadora del plan de la
Providencia, al punto que el P. Clérissac la llama bellísimamente el
"ángel de la política divina".
No olvidemos que la vocación a la santidad de la
Pucelle fue justamente su misión política, lo cual constituye un verdadero
hápax (en griego, "un hecho único"). Pues fue "la única vez en
2000 años que Dios, por una intervención directa, salvó un poder", como
puntualizaron distinguidos historiadores. No hay santo alguno -y menos, santa-
en toda la Historia de la Iglesia que deba ser honrada como salvadora de la
patria por un inmediato mandato divino cumplido hasta la muerte, y muerte de
hoguera.
Mons. Delassus, gran estudioso de la doncella, nos
recuerda: "Ninguna nación moderna tiene en sus anales una figura
comparable a la de Juana de Arco, heroína, santa y mártir". Y Pierre
Virion llega a afirmar justamente que: "Dios ha hecho de ella la gran
santa política para los tiempos de las naciones". ¡Qué maravilla pocas
veces meditada!
Uso feminista
-El feminismo, tan dominante en estos
días, tiene dificultades para valorar debidamente el impresionante papel
histórico de Juana de Arco, por no hablar de su santidad. ¿Qué opina al
respecto?
-Podría parecer que la figura de Juana, enturbiada
por las leyendas que se le tejieron, "da para todo", como dicen los
jóvenes hoy día. Y muchos aprovecharon para llevar agua para su molino: desde
ciertas minorías galicanas que la redujeron a una figura meramente patriótica,
hasta las peores hordas que la enarbolan como vanguardia transgénero. Y en este
aspecto, el lobby LGTB cree haber encontrado un icono a medida: una mujer que
se disfraza de varón para ir a la guerra y que termina sus días en la hoguera
quemada por la Iglesia como bruja y hereje por usar ropa masculina. Hasta con
una mirada superficial y atrevida podría alegarse que la Iglesia "se
equivocó" al canonizarla, dejándonos un modelo martirial para las feministas
actuales. Pero no es así. Existe una innumerable y excelente bibliografía
francesa que desmiente mito por mito esas calumnias.
- ¿De qué modo cree usted que Juana
interpela a las mujeres de nuestro tiempo?
-En realidad, ella es el modelo femenino por
excelencia, la mujer fuerte y viril de la cual nos habla el Antiguo Testamento
en el libro de los Proverbios (31,12). De hecho, si se disfrazó de varón, fue
justamente para poder conservar la joya más preciada que una mujer puede
ofrecer a Dios: su virginidad. Y esto lo logró en grado heroico, al punto que
también es considerada "mártir de la castidad", como santa María
Goretti.
Juana fue una mujer que comandó ejércitos vestida
de armadura porque sus voces celestiales se lo ordenaron, pero fue sumisa a la
autoridad real o a la comandancia militar cada vez que Dios se lo mostró.
Incluso si hubiera sido por ella, hubiese preferido estar hilando
tranquilamente en la aldea de Domrémy junto a su madre.
Pero como
es Dios quien le pide esa misión, "aunque tuviera 100 padres y 100 madres
y fuese hija del rey, igualmente yo partiría", le respondió sin dudar al
tribunal. Sus vestiduras masculinas no tienen nada que ver con una igualación
de los sexos sino con el cumplimiento de una misión celestial y con la
virginidad guardada celosamente como tesoro, aún en los peores confinamientos
impuestos por unos jueces corruptos. Antes bien, la "virgencita de
Lorena" es una nueva aliada y poderosa defensora de la verdadera
femineidad frente a la dictadura del pensamiento único.
Presencia actual
- ¿Qué tan presente está Santa Juana en la
vida y la cultura de la Francia actual?
-Creo que en Francia ella sigue encendida como una
llama viva en el corazón de muchas personas de buena voluntad. Basta asistir a
la fiesta nacional del 8 de mayo en Orleáns para trasladarse a la época del
sitio y revivir la ovación apoteótica que le hacen a la doncella, bajo la
figura de una jovencita que la representa.
De no ser por el confinamiento obligatorio que las
impide, en este año ya estaban planeadas peregrinaciones, misas, fiestas,
desfiles, y hasta la inauguración de una estatua de ella en San Petersburgo.
A mantener siempre viva su figura mucho ha
contribuido Philippe de Villiers, destacado europarlamentario francés que no
sólo ha escrito una bellísima novela histórica sobre la doncella, sino que
consumó la adquisición de la única reliquia conservada: el anillo que sus
padres le regalaron para su primera comunión y que le fuera confiscado durante
el proceso. Hoy día es posible venerarlo en una capilla del castillo de Puy du
Fou (en Vendé) y experimentar un "cara a cara" espiritual con la
santa.
- ¿Y qué ocurre en los países hispánicos,
como la Argentina?
-En los países hispano parlantes su figura es
bastante ignorada debido a la escasa bibliografía disponible en nuestro idioma.
De hecho, quise escribir mi libro para hacerla conocer más en nuestro medio y,
al mismo tiempo, poner al alcance del lector un buen resumen de las mejores
obras en lengua francesa.
En Argentina tenemos en Ciudadela la parroquia
"santa Juana de Arco" en la calle homónima, fundada por un francés,
el P. Elizalde. Pese a no ser conocida, guarda 14 vitrales, un mural y un
mosaico preciosísimos que inmortalizan la epopeya de la doncella. Hace poquito
estuve dando una charla allí y encontré gente profundamente devota de su
patrona. Vale la pena ir a conocer esta iglesia.
Fuente: La Prensa, 17.05.2020